La nueva tasa a inversores extranjeros en EE.UU. amenaza el atractivo de los activos estadounidenses y abre una ventana histórica para que los eurobonos y el euro ganen terreno como refugio global.
La cláusula 899 de la ley fiscal impulsada por Donald Trump, que prevé gravar los dividendos y cupones que cobren inversores extranjeros en activos estadounidenses, podría tener un efecto búmeran para la economía de EE.UU.
La medida, diseñada para presionar a socios como la Unión Europea y China, amenaza con restar competitividad a Wall Street justo cuando Europa prepara nuevas emisiones de eurobonos para financiar su defensa.
Expertos advierten que el impuesto, de aprobarse, recortará la rentabilidad real de los activos estadounidenses para inversores internacionales, mientras que los activos europeos ganarían atractivo. El Banco Central Europeo y analistas del sector ven en esta coyuntura una oportunidad inédita para fortalecer el euro y consolidar a los eurobonos como alternativa de inversión global, en un contexto donde la “excepcionalidad americana” se pone en duda y la tenencia extranjera de deuda estadounidense sigue cayendo.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ya habla de una “ventana de oportunidad” para que el euro se afiance como moneda de reserva internacional. La emisión conjunta de deuda europea, antes un tabú político, se perfila ahora como la vía para captar capital global y reducir los costos de financiamiento de la región.