Teletrabajo un fenómeno internacional con matices culturales

Trabajar desde casa es un éxito rotundo en países angloparlantes, pero no tanto en Asia, según una nueva encuesta global de empleados.
01/11/2025
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El teletrabajo se ha consolidado como una de las transformaciones laborales más significativas desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Y todo indica que llegó para quedarse, aunque su adopción varía considerablemente según la región del mundo.

Los países angloparlantes registran los niveles más altos de trabajo remoto a nivel global. En promedio, los empleados trabajan desde casa aproximadamente dos días a la semana, según revela la última Encuesta Global de Arreglos Laborales realizada por un equipo de economistas que incluye a Steven J. Davis y Nicholas Bloom, investigadores senior del Instituto Stanford para la Investigación de Política Económica.

El panorama es diferente en otras regiones. Los trabajadores de América Latina y África teletrabajan alrededor de una vez por semana, mientras que en los países asiáticos la modalidad apenas alcanza medio día semanal.

Nicholas Bloom, cuyo reciente estudio fue destacado en The Economist, identifica la cultura como el factor determinante detrás de estas disparidades. «El desarrollo económico importa, la densidad poblacional importa, la composición industrial importa e incluso la duración de los confinamientos tiene su peso», explica el investigador. «Pero lo que realmente resalta es la cultura. Basta comparar el Reino Unido, con altos niveles de teletrabajo, y Japón, con niveles bajos. Ambos países son similares en desarrollo, densidad, estructura industrial y experiencia de confinamiento, pero enormemente diferentes en su cultura de presencialidad laboral».

La encuesta, que recopiló información de más de 16,000 graduados universitarios en 40 países entre noviembre de 2024 y febrero de 2025, revela además una tendencia a la estabilización. Los niveles de teletrabajo han disminuido ligeramente pero se mantienen firmes. Entre 2022 y 2023, el promedio mundial pasó de 1.6 días trabajando desde casa a 1.3 días. El estudio más reciente registra 1.27 días semanales.

«Este patrón replica lo que observamos en los datos estadounidenses», señala Bloom. «El modelo híbrido resulta tan rentable para las empresas —reduce los costos de reclutamiento y retención sin afectar la productividad— que se ha vuelto permanente».

Esta tendencia explica por qué el 80 por ciento de las empresas Fortune 500 han adoptado esquemas híbridos, con una distribución típica de tres días en la oficina y dos días de trabajo remoto por semana.

El estudio también analiza los perfiles de quienes adoptan la modalidad híbrida. Los padres trabajadores tienen significativamente más probabilidades de contar con arreglos flexibles que les permiten trabajar desde casa entre uno y tres días semanales. En contraste, los empleados sin hijos tienden a polarizarse: o bien trabajan a tiempo completo en las oficinas corporativas, o adoptan la modalidad 100 por ciento remota, sin pisar nunca las instalaciones de la empresa.

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