Tarifas arancelarias golpean a automotrices según su origen y producción

Las barreras comerciales generan efectos muy distintos entre fabricantes y marcan cambios en sus operaciones
26/07/2025
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Las tarifas impuestas por la administración Trump sobre vehículos y autopartes importados a Estados Unidos se han convertido en uno de los temas más conflictivos en las negociaciones comerciales con países clave como Japón, Corea del Sur y Alemania. Esto se debe a que la industria automotriz representa una fracción significativa de las exportaciones de estos países hacia EE UU: alrededor de un tercio para Japón y Corea del Sur, y cerca del 20% para Alemania.

El impacto de las tarifas varía considerablemente entre fabricantes según la ubicación de sus plantas. Automotrices japonesas como Mazda, Subaru y Mitsubishi han sido fuertemente afectadas por su alta dependencia de importaciones desde Japón, mientras que Honda, Nissan y Toyota han reducido su vulnerabilidad al fabricar la mayoría de sus vehículos en EEUU, Canadá o México. 

En Corea del Sur, Hyundai y Kia importan más de la mitad de sus vehículos vendidos en EEUU, y entre los alemanes, Mercedes-Benz importa casi dos tercios desde fuera de Norteamérica.

Las tarifas actuales incluyen un arancel total de 27,5% para autos importados (2,5% base más 25% bajo consideraciones de seguridad nacional) y hasta un 52,5% para vehículos de México y Canadá que no cumplen con las reglas de origen del USMCA.

Esto ha provocado pérdidas millonarias en ganancias para los fabricantes. Toyota estimó que solo en abril y mayo perdió cerca de 1.300 millones de dólares, y Honda proyecta una caída del 70% en sus utilidades netas para el año fiscal 2025.

Frente a esta situación, las opciones que manejan los fabricantes son: a) ajustar la producción: trasladando plantas a EE. UU. (Honda, Nissan, Volkswagen, Mercedes), limitando volúmenes (Mitsubishi, Mazda, Stellantis, Tesla) o aumentando componentes locales (Toyota), b) aumentar precios: algunas marcas ya lo hicieron (Mitsubishi, Subaru, Toyota, BMW, Ford), y otras consideran hacerlo (Hyundai, Kia), c) despedir personal: están en marcha reducciones en Stellantis y Nissan.

Las tarifas también impactan la cadena de suministro de vehículos eléctricos (EV). Con la incertidumbre regulatoria en EEUU y la suspensión temporal de importaciones de partes desde China (Tesla) o la cancelación de proyectos (Nissan), los fabricantes adoptan diferentes estrategias. Toyota y Subaru expanden producción y modelos en Norteamérica, mientras Honda reduce inversiones y Nissan negocia alianzas para mantener operaciones.

Estas medidas podrían marcar el rumbo futuro de la industria, afectando la competencia global y la estructura de producción automotriz en la región. Los países afectados presionan por eliminar o reducir estas tarifas, pero la administración Trump prioriza fortalecer la manufactura local estadounidense, complicando las negociaciones

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