La industria mundial del té atraviesa una fase de crecimiento productivo sostenido, aunque enfrenta desafíos significativos en el equilibrio entre oferta y demanda. Según el boletín anual 2024 del Comité Internacional del Té (CIT), la producción global registra un incremento del 26% respecto a la década anterior. Esta expansión productiva contrasta con un consumo que se mantiene rezagado, generando una brecha significativa entre la oferta y la demanda global.
Las perspectivas para 2025 muestran un panorama alentador: se estima que el consumo global alcanzará los 7,4 millones de kilogramos, lo que sugiere una reducción gradual de la brecha actual. Paralelamente, el mercado mundial del té está proyectado para crecer un 5,56% anualmente entre 2025 y 2029, mientras que el valor del mercado global, estimado en 80.940 millones de dólares en 2024, podría alcanzar los 134.960 millones de dólares hacia 2032, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 6,6%.
Un mercado dominado por el consumo local
La estructura comercial del té presenta características distintivas frente a otras commodities agrícolas. A diferencia del café, donde el 66% de la producción se destina a mercados internacionales, apenas el 26% del té mundial es exportado. Esta peculiaridad responde a patrones de consumo arraigados en los países productores, donde tres cuartas partes de la producción se consume localmente.
Esta tendencia refleja la limitada penetración del té en mercados occidentales, donde no ha logrado alcanzar la popularidad del café, manteniéndose su consumo principalmente concentrado en sus mercados de origen.
China mantiene liderazgo productivo con cifras 2024
El panorama productivo mundial mantiene su estructura tradicional, con China consolidándose como el líder indiscutido. China produjo 2,4 millones de toneladas de té en 2024, manteniendo su posición como el mayor productor mundial, aunque destina aproximadamente el 88% de su producción al mercado interno.
En términos de exportaciones, los datos de 2024 muestran cambios significativos: China encabeza las exportaciones por valor con 1.410 millones de dólares, seguido muy de cerca por Sri Lanka con 1.400 millones de dólares.
El mercado chino de té está ingresando en una fase de madurez pero aún se espera que crezca hasta alcanzar los 370.800 millones de yuanes (RMB) para 2027, impulsado por la evolución en los patrones de consumo que ya no se limitan a entornos tradicionales.
India mantiene la segunda posición productiva, con solo el 17% de su producción destinada a mercados internacionales. Esta preferencia por el consumo doméstico caracteriza también a otros productores significativos como Turquía, que destina prácticamente la totalidad de su producción al mercado nacional.
El escalafón productivo se completa con Kenia, Sri Lanka, Vietnam e Indonesia como productores relevantes en el mercado global.
En cuanto a las importaciones, Pakistán mantiene su posición como el Estado que más té importa a nivel mundial, seguido por mercados occidentales donde la bebida tiene tradición establecida: Estados Unidos y Reino Unido. Otros mercados relevantes incluyen Emiratos Árabes Unidos, Rusia y Arabia Saudí.
Aunque los principales países productores fomentan activamente el consumo interno, los mercados de exportación siguen siendo vitales para sus economías nacionales. La industria considera prioritario restablecer el equilibrio entre oferta y demanda para garantizar la sostenibilidad del sector.
Las proyecciones indican que la brecha actual se reducirá gradualmente. Con consumidores que buscan cada vez más opciones de bebidas más saludables, la demanda de tés herbales y especiales ha aumentado, impulsando el valor de la industria del té a nuevas alturas. El mercado mundial de té está proyectado para crecer un 5,56% entre 2025-2029.