El CEO de Nvidia, en su intervención en el Center for Strategic and International Studies, cuestionó abiertamente la estrategia de restricciones comerciales con China y alertó sobre sus consecuencias inesperadas: lejos de debilitar a la industria tecnológica china, el veto está consolidando a rivales formidables como Huawei.
«Somos poderosos, rápidos e ingeniosos. Podemos enfrentarnos a cualquiera», afirmó Huang con convicción. «Pero no podemos simplemente entregarles el mercado». Su mensaje resonó con una ironía histórica: Nvidia se ha convertido en la primera empresa vetada simultáneamente por ambas superpotencias. Estados Unidos le prohíbe vender chips avanzados a China, y China ha respondido con su propio bloqueo.
El resultado es tan claro como preocupante. Nvidia ha quedado fuera del segundo mercado tecnológico más grande del mundo, cediendo terreno en inteligencia artificial precisamente cuando la competencia global se intensifica. Y en ese vacío, Huawei está creciendo con rapidez.
Un competidor que merece respeto
Huang no escatimó elogios hacia su rival chino. «Huawei es una de las empresas tecnológicas más formidables que ha visto el planeta», reconoció sin ambigüedades. «Independientemente del respaldo estatal que reciban, merecen todo nuestro respeto. Son formidables, ágiles y se mueven con una velocidad impresionante».
La advertencia del CEO de Nvidia cobra sentido cuando se observan los números. Tras las restricciones occidentales, la industria china de semiconductores no colapsó como muchos predijeron. Al contrario: se duplicó, volvió a duplicarse, y lo hizo una vez más. Mientras Occidente crece a un ritmo del 20 o 30% anual, China duplica su capacidad. La ventaja tecnológica de generaciones que Nvidia mantiene hoy podría evaporarse más rápido de lo esperado.
«Se dijo que sin Estados Unidos, la IA china sufriría. No ha sido así en absoluto», sentenció Huang. La exclusión forzó a China a acelerar su independencia tecnológica, y los resultados son innegables.
Las ventajas del gigante asiático
China juega esta partida con cartas que Occidente no puede igualar fácilmente. Huang detalló una por una estas ventajas estratégicas que deberían preocupar a Washington.
Primero, la energía. China posee el doble de capacidad energética que Estados Unidos, un factor crítico cuando cada fábrica de chips y cada centro de datos consume cantidades masivas de electricidad. «Durante años hemos demonizado la energía en este país», lamentó el CEO. «Ninguna industria nueva puede nacer sin energía».
Segundo, el talento humano. La mitad de los investigadores de inteligencia artificial del mundo son chinos. El año pasado, el 70% de las patentes globales de IA se registraron en China. Y hay un factor cultural que no debe subestimarse: el 80% de la población china cree que la IA traerá más beneficios que problemas, un respaldo social que facilita la adopción masiva de estas tecnologías.
Tercero, la velocidad de ejecución. Huang compartió una comparación reveladora: construir un centro de datos en Estados Unidos, desde la primera piedra hasta tener una supercomputadora funcionando, toma aproximadamente tres años. «Ellos pueden construir un hospital completo en un fin de semana», señaló. «Ese es el verdadero desafío».
El efecto dominó de los vetos
Trump reaccionó rápidamente a las declaraciones de Huang, calificándolo como «un hombre inteligente» y validando su análisis de la competencia con China, según informó Reuters. El gobierno estadounidense está considerando flexibilizar las restricciones para permitir que Nvidia vuelva a competir en el mercado chino.
Pero Huang expresó dudas. No está seguro de que China levante ahora su propio veto, precisamente porque necesita proteger a Huawei en su mercado doméstico. La compañía china, tras años de aislamiento occidental, se ha fortalecido de manera notable.
El CEO de Nvidia recordó el precedente de las telecomunicaciones. Cuando Huawei fue excluida del despliegue del 5G en Occidente, la empresa china se volcó en su mercado interno de mil millones de usuarios de telefonía móvil. Después exportó esa tecnología al resto del mundo. Ahora, según Huang, está surgiendo «una nueva ruta de la Seda en inteligencia artificial» que internacionaliza los modelos chinos hacia otros mercados.
La estrategia del ecosistema
Huang explicó por qué estas dinámicas son tan difíciles de revertir. «Quien llega primero construye el ecosistema encima», dijo. Una vez que una tecnología se instala en un mercado, reemplazarla se vuelve casi imposible por costos y dependencias acumuladas. «Te vuelves esencial, indispensable, una pieza crítica del ecosistema».
El CEO usó a su propia empresa como ejemplo perfecto. Nvidia domina el 85% del mercado de chips para inteligencia artificial prácticamente sin competencia.
¿Cómo lo logró? Construyendo desde abajo.
Según Huang, la inteligencia artificial es una arquitectura de cinco capas que deben funcionar de forma integrada: energía, chips, infraestructura, modelos y aplicaciones. Nvidia se posicionó estratégicamente en las capas inferiores, convirtiéndose en la plataforma fundamental sobre la cual todos construyen.
«No fabricamos coches autónomos, pero trabajamos con todas las empresas de vehículos autónomos del mundo. No desarrollamos medicamentos, pero colaboramos con todas las farmacéuticas del planeta», explicó. Esa estrategia coloca a Nvidia en el centro del ecosistema, trabajando simultáneamente con OpenAI, Anthropic, xAI y prácticamente todas las grandes empresas de IA.
La pregunta que dejó flotando en Washington es incómoda: ¿está Estados Unidos cediendo estratégicamente el mercado más grande de IA del mundo mientras cree que lo está protegiendo?