El alivio inicial tras la decisión de Donald Trump de aplazar algunos aranceles fue efímero para los principales ejecutivos. La pregunta central sigue vigente: ¿cómo tomar decisiones estratégicas en medio de tanta incertidumbre?
En la actualidad, los CEO se ven obligados a navegar en un contexto global donde las reglas cambian a gran velocidad. Según la encuesta Fortune/Deloitte primavera 2025, el optimismo de los directores ejecutivos sobre el desempeño de sus empresas cayó al 60%, frente al 84% registrado en el otoño anterior. Más de la mitad (58%) se declaran pesimistas sobre la economía global, un salto de 40 puntos porcentuales en apenas unos meses.
La volatilidad, impulsada por tensiones geopolíticas y políticas comerciales impredecibles, complica la planificación a largo plazo. “Es la incertidumbre y la imprevisibilidad lo que paraliza la toma de decisiones”, resume Joe Galvin, director de investigación de Vistage. Esta sensación se replica en todos los niveles: compañías como Delta y Walmart han reportado que la volatilidad comercial afecta directamente sus resultados.
El panorama obliga a los líderes a adoptar posturas defensivas: acumular liquidez, posponer inversiones y frenar contrataciones. De hecho, el 42% de los CEO planea implementar medidas de reducción de costos, mientras que solo el 28% prevé aumentar precios, reflejando una clara apuesta por la eficiencia interna.
El impacto no es solo económico. El 72% de los CEO reconoce sentirse más presionado que nunca para garantizar la prosperidad de sus empresas a largo plazo, según el informe CEO Outlook 2024 de KPMG. La resiliencia y la capacidad de adaptación se han vuelto competencias clave, en un contexto donde la transformación digital y la inteligencia artificial emergen como respuestas estratégicas para mitigar riesgos y aprovechar oportunidades.
La incertidumbre no solo proviene de factores externos. La falta de diálogo entre actores públicos y privados y la ausencia de marcos regulatorios claros aumentan la complejidad, especialmente en mercados emergentes. En este escenario, la colaboración, la innovación continua y la gestión simultánea del corto y largo plazo se convierten en prioridades para los líderes empresariales.
En síntesis, los CEO actuales deben tomar decisiones trascendentales en un entorno donde las certezas escasean y la volatilidad es la norma. La clave, según los expertos, reside en la adaptabilidad, el liderazgo con visión de futuro y la capacidad de transformar la incertidumbre en una oportunidad para el crecimiento sostenible