En un contexto global donde las tensiones comerciales redefinen las reglas del juego, Sharpie —la marca de marcadores permanentes más reconocida del mundo— está reescribiendo su propia historia de manufactura. Lo que alguna vez fue una cadena de suministro lineal y predecible, hoy se transforma en una red flexible, diversificada y estratégicamente distribuida.
La compañía, propiedad de Newell Brands, enfrenta un desafío que comparten miles de empresas manufactureras: navegar un escenario de aranceles fluctuantes, crecientes costos de transporte y presiones políticas para relocalizar la producción.
Durante décadas, Sharpie construyó su eficiencia operativa sobre una premisa simple: producir donde los costos fueran más bajos. México y China se convirtieron en pilares fundamentales de su red de manufactura, abasteciendo millones de unidades al mercado estadounidense y global. Sin embargo, las políticas arancelarias de los últimos años pusieron en jaque ese modelo.
Los aranceles no solo incrementaron los costos directos de importación, sino que generaron incertidumbre en la planificación estratégica. ¿Cómo proyectar márgenes cuando las tasas pueden cambiar de un trimestre a otro? ¿Cómo mantener precios competitivos sin erosionar la rentabilidad?
La estrategia de Sharpie no consiste en abandonar sus operaciones offshore, sino en crear un ecosistema de manufactura multimodal. La compañía está expandiendo su capacidad productiva en Estados Unidos, particularmente en Tennessee, donde ya cuenta con instalaciones históricas. Este movimiento de reshoring no busca reemplazar totalmente la producción externa, sino generar un balance que mitigue riesgos y optimice tiempos de respuesta al mercado.
Paralelamente, Sharpie mantiene y moderniza sus plantas en México, aprovechando las ventajas del T-MEC y la proximidad geográfica. Esta estrategia de «nearshoring plus reshoring» permite a la empresa ajustar volúmenes según fluctuaciones de demanda, cambios regulatorios o disrupciones logísticas imprevistas.
La reinvención de la cadena de suministro de Sharpie no sería posible sin una transformación digital paralela. La implementación de sistemas avanzados de planificación de demanda, análisis predictivo y monitoreo en tiempo real permite a la compañía tomar decisiones ágiles sobre asignación de producción, gestión de inventarios y rutas de distribución.
Más allá de los números, el reshoring tiene implicaciones sociales y ambientales que Sharpie no ignora. Traer producción de vuelta a Estados Unidos significa crear empleos locales, reducir la huella de carbono asociada al transporte transoceánico y fortalecer las comunidades donde opera.
La compañía también está invirtiendo en capacitación de su fuerza laboral, actualizando habilidades para operar equipos más sofisticados y adaptarse a procesos de manufactura más automatizados y flexibles.
El verdadero test de esta estrategia no está en su diseño, sino en su ejecución. Hasta ahora, los indicadores son positivos. La marca mantiene su liderazgo de mercado, con presencia dominante en el canal retail y creciente penetración en segmentos corporativos y educativos. La disponibilidad de producto se sostiene estable, y la innovación continúa siendo un diferenciador clave.
La agilidad supera a la eficiencia pura. Una cadena de suministro más costosa pero más resiliente puede ser más rentable a largo plazo. La diversificación geográfica es una forma de gestión de riesgo tan importante como la diversificación de portafolio financiero. La tecnología no es un lujo, sino un habilitador fundamental. Sin datos en tiempo real y capacidad analítica, la complejidad de operar múltiples centros de producción puede volverse inmanejable.
El monitoreo constante de variables geopolíticas, económicas y tecnológicas guiará los próximos movimientos estratégicos. En un mundo donde la única constante es el cambio, Sharpie está demostrando que reinventar la cadena de suministro no es solo una respuesta defensiva a presiones externas, sino una jugada ofensiva para construir ventajas competitivas duraderas. La marca que marcó generaciones ahora marca el camino para una manufactura más inteligente, resiliente y estratégicamente posicionada.