La incertidumbre económica desplaza a los aranceles como principal barrera del comercio global

Según la Cámara de Comercio Internacional, las empresas priorizan diversificación de mercados y proveedores ante la creciente volatilidad logística mundial
11/09/2025
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La incertidumbre económica y comercial se ha consolidado como el obstáculo más significativo para el desarrollo de negocios internacionales, superando incluso a los tradicionales aranceles y barreras proteccionistas. Así lo revela la última edición del informe «El Pulso de las Cámaras» de la Cámara de Comercio Internacional (ICC), que expone un panorama donde la falta de previsibilidad domina las preocupaciones empresariales globales.

El relevamiento, que consultó a más de 240 cámaras de comercio en todo el mundo, muestra que un 74% de estas entidades identifica la incertidumbre como el principal desafío para las compañías vinculadas al comercio internacional. Este hallazgo marca un cambio paradigmático: mientras que históricamente los aranceles y medidas proteccionistas concentraban las mayores preocupaciones, hoy la ausencia de estabilidad predictiva se ha convertido en el factor determinante.

Impactos regionales diferenciados

La problemática presenta matices particulares según la geografía. América del Norte enfrenta principalmente los efectos de políticas arancelarias y presiones inflacionarias, mientras que América Latina debe lidiar con la inseguridad y la inestabilidad política como elementos que obstaculizan los flujos comerciales. Asia, por su parte, experimenta tensiones geopolíticas adicionales y escasez de mano de obra especializada, factores que incrementan los riesgos para sus cadenas de suministro.

Estas diferencias regionales obligan a las empresas a desarrollar estrategias adaptadas a cada contexto, complejizando aún más la planificación logística internacional.

Diversificación como estrategia predominante

Contrario a las expectativas sobre una masiva relocalización de operaciones —tema ampliamente debatido en años recientes—, las empresas están optando mayoritariamente por diversificar mercados y proveedores. Esta tendencia refleja una búsqueda de equilibrio entre eficiencia y resiliencia.

En América Latina, la estrategia se orienta hacia la ampliación de vínculos comerciales más allá del tradicional eje con Estados Unidos, incorporando nuevos acuerdos con Canadá, México, Chile, China y la Unión Europea. Europa y Asia Central, mientras tanto, concentran esfuerzos en fortalecer las relaciones intrarregionales. Norteamérica evalúa una reconfiguración más profunda de sus cadenas de suministro, reduciendo la dependencia crítica de determinados proveedores.

Estas decisiones estratégicas generan efectos tangibles en la infraestructura logística: emergen nuevas rutas comerciales, se intensifica la regionalización de corredores de transporte y aumenta la presión sobre operadores logísticos para desarrollar soluciones más flexibles y resistentes a disrupciones.

Presión inflacionaria en costos operativos

La inflación mantiene su rol como condicionante fundamental del comercio y la logística internacional. El informe documenta incrementos de precios en más del 90% de los países analizados, con impactos particularmente severos en América Latina y América del Norte.

Para el sector logístico, esta realidad se traduce en mayores costos de transporte, almacenamiento y distribución. El encarecimiento de combustibles, combinado con la volatilidad cambiaria en diversos mercados, fuerza a los operadores a revisar estructuras tarifarias y renegociar contratos con importadores y exportadores. Las empresas enfrentan el dilema de trasladar estos costos adicionales a sus clientes o absorberlos para preservar su competitividad comercial.

A pesar del complejo escenario actual, el informe detecta signos de optimismo moderado en gran parte de las cámaras consultadas. Oriente Medio y el norte de África proyectan perspectivas positivas, mientras que América Latina y Asia Oriental exhiben mayor cautela en sus expectativas.

El elemento central que emerge del análisis es la intensificación de la planificación logística estratégica por parte de las compañías. Las empresas están reforzando la diversificación de rutas, evaluando alternativas regionales y desarrollando mayor capacidad de adaptación ante cambios inesperados.

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