La economía mundial se enfrenta a una desaceleración sin precedentes

Las tensiones comerciales y la incertidumbre política amenazan el crecimiento global, con proyecciones que caen al 2,3% para 2025
18/08/2025
2 minutos de lectura

El panorama económico mundial atraviesa uno de sus momentos más desafiantes de los últimos años. Las crecientes tensiones comerciales y la incertidumbre en las políticas globales han configurado un escenario complejo que amenaza con frenar el crecimiento económico de manera significativa. Según las últimas proyecciones del Banco Mundial, el crecimiento mundial experimentará una marcada desaceleración, alcanzando apenas el 2,3% en 2025, una cifra que representa una importante reducción respecto a los pronósticos anteriores.

Esta desaceleración no es un fenómeno aislado, sino el resultado de múltiples factores que convergen para crear un entorno económico particularmente volátil. El aumento de las barreras comerciales ha generado disrupciones en las cadenas de suministro globales, mientras que la mayor incertidumbre sobre las políticas económicas ha provocado que tanto inversores como empresas adopten una postura más cautelosa.

Para los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED), el panorama resulta especialmente preocupante. Estas naciones, que tradicionalmente han sido motores del crecimiento global, enfrentan perspectivas moderadas que limitan significativamente su capacidad para impulsar la creación de empleo y reducir los niveles de pobreza extrema. La situación se ve agravada por una notable moderación en los flujos de inversión extranjera directa hacia estos países, lo que reduce aún más sus posibilidades de expansión económica.

El impacto regional de esta desaceleración es heterogéneo pero generalizado. Asia oriental y el Pacífico, históricamente una región de alto crecimiento, verá reducidas sus proyecciones al 4,5% en 2025 y al 4,0% en 2026. Europa y Asia central, regiones fuertemente dependientes del comercio internacional, experimentarán una desaceleración al 2,4% en 2025, con una leve recuperación esperada hacia 2026-27.

América Latina y el Caribe enfrentan el panorama más desalentador entre todas las regiones de mercados emergentes, con un crecimiento proyectado del 2,3% en 2025, el más bajo durante el período de pronóstico. Esta región se ve particularmente afectada por las elevadas barreras comerciales y debilidades estructurales que han persistido durante décadas.

Asia meridional, aunque mantiene proyecciones relativamente robustas con un 5,8% en 2025, también experimenta una moderación en su ritmo de crecimiento. Por su parte, las regiones con alta dependencia de las exportaciones de productos básicos, como Oriente Medio y Norte de África, y África subsahariana, anticipan un crecimiento afectado por el debilitamiento de la demanda externa de commodities.

Los riesgos que enfrenta la economía mundial son múltiples y significativos, según advierte el informe del Banco Mundial. Además de las tensiones comerciales, existe la posibilidad de un crecimiento menor al esperado en las principales economías globales, el empeoramiento de conflictos geopolíticos y fenómenos meteorológicos extremos que podrían agravar aún más la situación.

Ante este panorama, los expertos del Banco Mundial enfatizan la necesidad urgente de cooperación internacional para restablecer un entorno comercial más estable y predecible. Se requieren esfuerzos multilaterales coordinados para resolver las tensiones comerciales actuales y ampliar el apoyo a los países más vulnerables, incluyendo aquellos que se encuentran en situaciones de fragilidad y conflicto.

A nivel de políticas internas, los países deben tomar medidas decisivas para contener los riesgos inflacionarios y reforzar su resiliencia fiscal. Las reformas necesarias deben centrarse en mejorar la calidad institucional, crear condiciones más atractivas para la inversión privada y fortalecer tanto el capital humano como el funcionamiento de los mercados laborales.

La recuperación, aunque esperada para 2026-27, será gradual y dependiente de la capacidad de la comunidad internacional para superar las actuales divisiones y trabajar hacia un sistema comercial más transparente y equitativo. El éxito de estos esfuerzos determinará no solo el ritmo de la recuperación económica, sino también la capacidad de millones de personas para acceder a mejores oportunidades de empleo y escapar de la pobreza extrema en los años venideros.

NOTICIAS RELACIONADAS

No te pierdas