La aviación comercial enfrenta su tormenta perfecta

Retrasos récord, escasez de repuestos y costos que se disparan amenazan la recuperación del transporte aéreo global
15/10/2025
3 minutos de lectura

La aviación comercial atraviesa uno de los mayores desafíos de su historia moderna. Un colapso silencioso en su cadena de suministro está poniendo en jaque a toda la industria: aeronaves que no llegan, repuestos que escasean y talleres saturados que no dan abasto. El costo de esta crisis, según advierte la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), superará los 11 mil millones de dólares solo en 2025.

El diagnóstico es contundente. Los retrasos en las entregas de nuevos aviones, la falta de componentes críticos y el envejecimiento acelerado de las flotas están elevando los costos operativos de manera alarmante. Para un sector que mueve pasajeros y mercancías a escala planetaria, esta congestión no es solo un problema empresarial: compromete la conectividad global y frena el comercio internacional.

A pesar de que el tráfico aéreo muestra signos de recuperación tras la pandemia, el sector aún no retoma los niveles de 2019. Las proyecciones apuntan a un crecimiento del 5% anual hacia 2034, pero la recuperación completa se ha postergado hasta 2027. Mientras tanto, la demanda de aeronaves nuevas choca contra una realidad desconcertante: más de 17.000 unidades esperan en fila, el equivalente a una década de producción al ritmo actual.

Este cuello de botella obliga a las aerolíneas a mantener en servicio aviones que deberían estar retirados. Las flotas envejecen, los mantenimientos se multiplican y la industria de reparaciones y revisiones (MRO) alcanza cifras récord: casi 120 mil millones de dólares en 2025. No es solo cuestión de mantener viejos aviones volando; también hay que lidiar con fallas inesperadas en modelos nuevos que apenas salen de fábrica.

Los números del informe elaborado por IATA y la consultora Oliver Wyman son elocuentes. El mayor golpe económico proviene de los costos de combustible: 4.200 millones de dólares adicionales por operar aeronaves menos eficientes. Aviones más viejos consumen más, contaminan más y reducen los márgenes de ganancia. La sostenibilidad, tanto ambiental como financiera, se esfuma con cada vuelo.

A eso se suman 3.100 millones en mantenimiento extra por el uso extendido de unidades antiguas. Pero hay más: los tiempos de reparación se han disparado. Lo que antes tomaba entre 30 y 60 días ahora puede extenderse hasta 300, especialmente cuando se trata de motores o sistemas críticos. Esta demora obliga a las aerolíneas a alquilar componentes de emergencia y mantener inventarios abultados, agregando 1.400 millones más a la cuenta.

¿Qué llevó a la aviación a este punto crítico? IATA identifica tres factores estructurales. Primero, un modelo de negocio que prioriza las ganancias del mercado posventa —repuestos y reparaciones— por sobre la venta inicial de equipos. Esta lógica concentra la rentabilidad en pocas manos y limita la competencia, creando un ecosistema frágil.

Segundo, las turbulencias geopolíticas. Conflictos armados, escasez de materias primas y la creciente demanda de aeronaves militares han tensionado el suministro de materiales estratégicos: titanio, aluminio, aleaciones especiales. La cadena se ha vuelto vulnerable a shocks externos que antes podía absorber.

Tercero, la falta de talento. La jubilación masiva de técnicos experimentados coincide con una incorporación lenta de nuevas generaciones. El resultado: vacantes imposibles de cubrir. Solo en América del Norte, la escasez de personal de mantenimiento podría superar los 17.000 trabajadores este año. Sin manos expertas, no hay forma de acelerar las reparaciones.

Esta crisis no se queda en los hangares. La escasez de aviones y repuestos reduce la capacidad de carga y transporte, presionando los tiempos de entrega y disparando las tarifas. La congestión en talleres y plantas genera un efecto cascada: menos vuelos disponibles, rutas ineficientes, clientes insatisfechos.

IATA es clara en su advertencia: sin medidas coordinadas, la red logística aérea global —un pilar del comercio moderno— podría colapsar. Y cuando el transporte aéreo tropieza, el mundo entero siente el impacto.

Las soluciones existen, pero requieren voluntad colectiva. IATA propone cinco ejes de acción: fortalecer la colaboración entre fabricantes, aerolíneas y proveedores; mejorar la trazabilidad de insumos y repuestos; aprovechar los datos operativos para optimizar inventarios; ampliar la capacidad de mantenimiento mediante la reutilización de materiales; y acelerar la formación de nuevos técnicos especializados.

El informe subraya que esta crisis puede convertirse en punto de inflexión si el sector adopta una mirada estratégica y flexible. Transparencia en la información, diversificación de proveedores y apertura técnica son las llaves para construir una cadena más resiliente.

NOTICIAS RELACIONADAS

No te pierdas