Estados Unidos y México están a punto de cerrar un acuerdo que permitiría importar acero mexicano sin el arancel del 50%, siempre que las compras no superen un volumen basado en los niveles históricos de comercio entre ambos países. Este pacto, aún en negociación, sería similar al alcanzado durante el primer mandato de Donald Trump, aunque el nuevo límite de importación sería más alto que el anterior, que buscaba evitar aumentos repentinos en los envíos.
Desde que Trump decidió elevar los aranceles sobre el acero y el aluminio al 50%, los precios de ambos materiales han subido con fuerza en Estados Unidos, afectando a la industria manufacturera y a los consumidores. La presión de los sectores afectados y los efectos negativos sobre la economía han llevado a la administración a reconsiderar su postura y buscar un nuevo entendimiento con México.
Las negociaciones, lideradas por el secretario de Comercio, Howard Lutnick, permitirían a las empresas estadounidenses importar acero mexicano libre de aranceles, siempre y cuando el volumen no supere el umbral acordado. Según fuentes citadas por Bloomberg, ese límite sería superior al del acuerdo alcanzado en 2019, que se basaba en los promedios de importación de los años 2015 a 2017.
El objetivo es evitar una avalancha de importaciones que perjudique a los productores estadounidenses, pero también aliviar la presión sobre la industria mexicana y los consumidores de Estados Unidos.
El año pasado, las importaciones estadounidenses de acero procedentes de México ascendieron a 3,2 millones de toneladas métricas, lo que representa el 12% del total importado por Estados Unidos. Aunque Trump no ha participado directamente en las negociaciones, cualquier acuerdo requerirá su firma, ya que la autoridad para fijar estos aranceles recae en la presidencia bajo el argumento de seguridad nacional.
La noticia sobre el posible acuerdo tuvo un impacto inmediato en los mercados, provocando caídas en las acciones de las principales siderúrgicas estadounidenses. Esto refleja la sensibilidad del sector ante cualquier cambio en la política arancelaria y la incertidumbre que ha generado la política comercial de Trump, caracterizada por frecuentes idas y vueltas.
Mientras tanto, el Reino Unido ha recibido un trato especial. Trump firmó recientemente un decreto que exime temporalmente al acero y aluminio británicos de la subida al 50%, manteniéndolos en el 25%, gracias a un principio de acuerdo bilateral. Sin embargo, esta exención no es definitiva y podría revertirse si Estados Unidos considera que el Reino Unido no cumple con los términos pactados antes del 9 de julio de 2025.
El acuerdo con México, de concretarse, aliviaría la presión sobre la industria manufacturera de ambos países y podría abrir la puerta a pactos similares con otros socios comerciales. La expectativa es que, una vez formalizado, el pacto aporte previsibilidad y estabilidad al comercio bilateral de acero, beneficiando tanto a la industria como a los consumidores en ambos lados de la frontera.