España y América Latina un vínculo histórico que necesita revitalizar el espacio inversor iberoamericano

07/07/2025
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España y sus inversiones en América Latina no son una casualidad, ni un simple dato estadístico. Es el resultado de una larga y rica historia compartida, de vínculos culturales y lingüísticos profundamente arraigados que conectan ambas orillas del Atlántico desde hace más de cinco siglos. Sin embargo, esta relación que ha sido especialmente fructífera en términos de inversión extranjera directa (IED) española durante las últimas décadas, se encuentra hoy en una nueva etapa. 

Por su parte, las inversiones de las empresas multilatinas en España, aprovechan todas las ventajas que se les ofrece, es decir, los vínculos históricos, lingüísticos y culturales, apoyados por una red muy importante de relaciones económicas, comerciales y financieras, tejidas en gran parte, por las propias empresas españolas presentes en los mercados latinoamericanos.

Revitalizar el espacio Iberoamericano, un compromiso transformador

Revitalizar el espacio Iberoamericano, exige algo más que un incremento de recursos. Requiere un compromiso transformador, una visión renovada que comprenda las transformaciones profundas que se viven actualmente, como la aceleración de la economía digital y la transformación energética, la adaptación al cambio climático y el fortalecimiento del sector exterior mediante su diversificación y expansión internacional de las empresas.

En el caso de las inversiones españolas, ya no basta con su modelo que ha resultado exitoso y que ha permitido convertir a sus empresas en multinacionales globales. Hoy se trata de construir empresas disruptivas que generen mayor riqueza, prosperidad y bienestar social. Esto conlleva, generar empleo de calidad y apostar por proyectos sostenibles, inclusivos y arraigados con el entorno. Este nuevo enfoque no solo resulta necesario, sino eficaz y relevante a medio y largo plazo. 

En el caso de las inversiones latinoamericanas en España, las multilatinas, aprovechan las facilidades que les ofrece nuestro país, como puerta de entrada y como puente más efectivo para desarrollar inversiones y negocios. Su llegada, que se percibe cada vez más intensamente, la encabezan multilatinas mexicanas, seguidas de las argentinas, brasileñas y colombianas.

Como se puede adivinar, la tarea que se presenta, no es solo desafiante por los frutos que se aguardan, sino también por el alto valor estratégico que supone el espacio inversor iberoamericano, el cual, inexorablemente debe poner en valor en el contexto actual de fragmentación de los mercados, un bloque de más de 600 millones de hispanohablantes. 

España como país vertebrador

En el espacio inversor iberoamericano, España debe asumir su papel como país vertebrador entre América Latina y  la Unión Europea. No solo porque geográficamente puede ejercer esa función, sino porque cultural y políticamente, reúne las condiciones de construir confianza entre ambas regiones.  España tiene una oportunidad histórica para liderar la alianza birregional que apueste por un desarrollo sostenible conjunto. En un mundo marcado por el proteccionismo, el repliegue nacionalista y la desconfianza multilateral, una agenda iberoamericana basada en la cooperación, la inversión responsable y el intercambio de conocimiento debe ser una alternativa sólida y creíble. 

Desafíos compartidos 

Las empresas españolas y las multilatinas, comparten múltiples desafíos: la necesidad de responder a la aceleración tecnológica, diversificar sus matrices productivas, mejorar la eficiencia productiva, modernizar sus sistemas operativos y competir en los mercados cada vez más organizados en bloques. Frente a estos desafíos, las inversiones pueden jugar un rol decisivo, guiadas por una lógica de competitividad iberoamericana y global. 

Revitalizar el espacio inversor Iberoamericano, implica no solo mirarlo  como destino de capital, sino, también, como un espacio estratégico con la construcción de un modelo de desarrollo  resiliente y sostenible en un mundo caótico, de geometría variable de intereses según las potencias, unas veces enfrentadas y otras aliadas. Un panorama que determina la necesidad urgente de fortalecer el espacio inversor iberoamericano, donde el todo es más importante que las partes, que constituyen un bloque que inexorablemente debe poner en valor sus más de 600 millones de hispanohablantes. 

Inversión, una visión de futuro 

La revitalización del espacio inversor iberoamericano exige una visión de futuro, ambiciosa y audaz, capaz de trascender los balances económicos, para convertirse en un proyecto compartido.

Invertir en América Latina hoy es, en el fondo, una forma de invertir en el futuro de España y viceversa para la inversión latinoamericana en España. Y ese futuro necesita una visión de futuro renovada, ampliada y anticipatoria, que suponga la confianza en las respectivas empresas, cuyas experiencias exitosas las orientan para revitalizar el espacio inversor iberoamericano, con España como puerta de entrada para las inversiones latinoamericanas y como puente y país vertebrador con la Unión Europea.

Revitalizar el espacio inversor iberoamericano, supone, vivir la intensidad de la batalla que empuja a la globalización hacia una nueva fase en un mundo marcado por el proteccionismo, el repliegue nacionalista y la desconfianza multilateral, donde una agenda iberoamericana basada en la cooperación, la inversión responsable y el intercambio de conocimiento debe ser una alternativa sólida y creíble.

Una situación que sin dudas alumbra nuevos desafíos, pero que a su vez conllevan nuevas y vibrantes oportunidades para revitalizar el espacio inversor iberoamericano.

Acerca del autor

Ramón Casilda Béjar es Presidente de la Asociación de Empresas Multilatinas en España. Miembro del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos (IELAT). Universidad de Alcalá (España).

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