Quién es Gianmarco Ottaviano: es un economista italiano nacido en Milán el 29 de septiembre de 1967. Actualmente es Profesor de Economía y titular de la Cátedra Achille and Giulia Boroli en Estudios Europeos en la Universidad Bocconi de Milán. Ha sido también profesor en la London School of Economics, donde dirigió el Trade Programme del Centre for Economic Performance.
Ottaviano es reconocido internacionalmente por sus investigaciones en comercio internacional, economía urbana, geografía económica y la competitividad de las empresas en la economía global. Sus trabajos recientes abordan temas como la integración económica, los efectos de la inmigración y la deslocalización en el empleo y los salarios, así como la dinámica de las empresas exportadoras y la internacionalización de firmas europeas.
Además, está afiliado a varios centros de investigación internacionales, como el Centre for Economic Policy Research, el Kiel Institute for the World Economy y el Centre for Research and Analysis of Migration, y ha formado parte de comités editoriales de prestigiosas revistas económicas. Tiene publicados libros muy destacados como “The happy few”, “Economic Geography and Public Policy”, “The triggers of competitiveness” entre otros.
– Estimado profesor GianMarco Ottaviano, es un gusto para mí en nombre de Trade Times poder entrevistarlo.
– Oh, para mí es un gusto poder hablar con ustedes.
– Para empezar y conociendo sus trabajos sobre la competitividad de las empresas en la economía global, me gustaría preguntarle: ¿Cómo deberían prepararse las pymes latinoamericanas para alcanzar los mercados internacionales? y ¿cuáles son los beneficios para la región, de incrementar el número de empresas de bienes y servicios transables? Quisiera conocer su opinión al respecto.
– Sí por supuesto, las empresas exportadoras que operan en mercados internacionales, que exportan bienes o servicios, son diferentes de las otras empresas que solo atienden el mercado local. Porque tienden a ser mejores en varias dimensiones: en términos de productividad, en términos de capacidad de gestión y mejores prácticas, en términos de intensidad de habilidades de la fuerza laboral, en términos de intensidad de capital y de rentabilidad.
Así que, esencialmente, al observar conjuntos de datos a nivel de empresa en todos los países del mundo, y por lo tanto en algunos de América Latina, estas empresas internacionalizadas son mejores. Ahora, la pregunta es: si son mejores porque están en los mercados internacionales, o si para estar en los mercados internacionales tienes que ser mejor desde el principio.
Probablemente para países que no están en la frontera tecnológica, y tal vez esto describe bien a varios países de América Latina, ambos aspectos son importantes. Así que hay, por tanto, habilidades internas o cosas internas que pueden hacerte exportador. Y luego hay cosas que aprendes al convertirte en exportador.
Hay dos mecanismos principales: El efecto autoselección: solo las empresas más productivas pueden absorber los altos costos de entrada al mercado internacional y el efecto aprendizaje por exportación: al exportar, las empresas acceden a nuevos conocimientos y tecnologías, lo que puede impulsar su productividad una vez que han comenzado a exportar.
El verdadero reto para las pequeñas empresas no es solo exportar, sino aprender y mejorar a partir de la experiencia exportadora para capturar los beneficios de la globalización. Exportar no es solo una consecuencia del éxito; también es una fuente de éxito adicional.
– Entonces, ¿qué acciones pueden ayudar a mejorar el tránsito hacia el camino de la exportación?
– Hay muchas cosas que puedes hacer como empresa. En términos de la forma en que organizas tus prácticas de negocio, el perfil de personas que contratas. Se ha demostrado varias veces que es muy importante contratar gerentes con experiencia en exportación. Esta es una manera de adquirir habilidades blandas y buenos contactos para convertirse en exportador. Otra cosa importante es, por supuesto, diseñar programas de recursos humanos que incentiven la capacitación de los trabajadores y la selección de buenos trabajadores desde el principio.
Hay una agenda que pueden desarrollar las empresas y hay una agenda que pueden desarrollar las autoridades territoriales o el Estado. Claramente, querrías tener un entorno estable en términos de acceso al financiamiento, en términos de acceso a la mano de obra calificada. Y estas son cosas que las empresas no pueden hacer solas, así que debe haber una especie de sistema de apoyo. Y luego hay que crear, un entorno competitivo en el mercado interno que permita, a las empresas entender los incentivos para mejorar su desempeño de la manera que hemos descrito. Así que estas son cosas que tendrían sentido también en una economía cerrada que no está abierta al resto del mundo, siendo aún más importantes cuando quieres acceder a mercados externos y encontrar posiblemente demanda y a veces una oferta de insumos que ofrecen solo los mercados internacionales.
Luego hay otro aspecto que es más relevante para, como dije anteriormente, países que no están en la frontera tecnológica o de gestión. Eso es que al entrar en el mercado internacional se expone a la competencia de los líderes de mercado, entonces aprendes algo. Esta es la idea de aprender exportando, en la que refuerzas tu ventaja propia aprendiendo de tus mejores competidores. Así que estas dos cosas podrían ser bastante relevantes para las empresas latinoamericanas.
Cuando miras el proceso de internacionalización de las empresas, rara vez una empresa comienza grande y puede exportar a todos los países del mundo. Hay una secuencia. Comienzas exportando a algún lugar, algunos productos. Te das cuenta de lo bueno que eres, cómo puedes mejorar tus productos, y luego avanzas y conquistas otros mercados. Así que tener un mercado interno latinoamericano, pongamos el caso de Argentina, un mercado integrado con los países en desarrollo que están alrededor, como Brasil, Chile, Uruguay u otros países que puedas considerar, sería una gran ventaja porque, como dije antes, no es el caso que empieces inmediatamente exportando a mercados grandes y competitivos, sino que puedes aprender mucho exportando a mercados más cercanos que te son más familiares. Así que sería importante promover, flujos regionales más libres o integrados, flujos coordinados de comercio dentro de América Latina. Y luego, y esto es algo donde América Latina podría tener una gran ventaja, dada la posición política, para empezar a redactar o volver a redactar algunos acuerdos comerciales con actores internacionales clave.
Por ejemplo, claramente viniendo de Europa veo muchas ventajas, también desafíos en Latinoamérica, en términos de una interacción más cercana con la Unión Europea y el mercado único en Europa.
– GianMarco una última pregunta. ¿Cuál sería tu consejo, en base a tu amplia experiencia en comercio internacional y competitividad, para un empresario latinoamericano, emprendedor, dueño de una Pyme que se está preparando para salir al mercado global?
– Sí, le diría, claramente, que nosotros en Europa uno de los grandes desafíos que enfrentamos fue crear un mercado interno, con empresas que sigan un cierto conjunto de regulaciones y estándares, que son fueron costosos de cumplir para estas. Y por lo tanto, nos encontramos con una especie de tensión al principio, entre las empresas pequeñas y las grandes, o entre las empresas que son menos productivas al menos al principio, y las empresas más productivas.
Las empresas grandes solían decir: «Ok, este es el costo de la regulación. Cumplir con la regulación es algo que vale la pena pagar porque entonces puedo acceder al mercado único.» Las pequeñas empresas solo pensaban, que tenían pocas oportunidades de llegar a mercados extranjeros, así que simplemente estas regulaciones eran solo una carga adicional que pagar. Lo veían como pagar una entrada para un espectáculo al que no puedes ir. El aspecto de la tensión es importante en esa etapa.
Ahora bien. ¿Qué pasa con las pequeñas empresas? Uno podría decir que hay dos tipos de empresas en un sentido dinámico. Aquellas que son pequeñas, pero pueden crecer con el tiempo e involucrarse en el comercio internacional, usualmente un trampolín para hacerse más grandes porque el mercado local es pequeño. Y luego están las empresas que son pequeñas y no planean o no tienen las oportunidades, no ven las oportunidades de crecer, entonces seguirán siendo locales.
Así que creo, que para las pequeñas empresas, una cosa importante en la que pensar es, qué tipo de negocio llevan adelante. ¿Es un negocio que tiene la oportunidad de crecer o es un negocio que debería conformarse con la escala actual y el mercado local? Si la respuesta es que mi negocio es local entonces probablemente no hay mucho más que hacer, así que sería en cierto sentido inútil intentar, entrar en el mercado extranjero con costos adicionales y con inversión adicional. Pero si crees que tu empresa tiene potencial de crecimiento, entonces este es el camino, tener acceso a mercados internacionales.
¿Cómo se hace eso? Volvemos a la pregunta inicial, deberías intentar vincularte con otras empresas que ya hayan comenzado a exportar. Tal vez contratar algunos gerentes jóvenes con experiencia en mercados internacionales. Con conocimiento específico del destino, una pequeña empresa no puede tener la ambición inicialmente de exportar a todas partes. Puede decidir que el mercado más prometedor es el mercado regional, digamos desde Brasil a Argentina.
Deberían buscar experiencia específica en el destino, en los gerentes que contraten. Si las empresas son realmente pequeñas, entonces pueden coordinarse con otras empresas y tratar de recurrir a consultores que tengan experiencia en exportación. Y luego están las agencias de promoción de exportaciones y las iniciativas de promoción de exportaciones. Pueden ser útiles. Pero creo que si tengo que pensar independientemente de todo eso, realmente es aprovechar la experiencia de quienes ya han exportado y tal vez contratar a un gerente o incluso a un gerente de ventas o alguien que tenga este tipo de experiencia.
El verdadero reto para las pequeñas empresas no es solo exportar, sino aprender y mejorar a partir de la experiencia exportadora para capturar los beneficios de la globalización. Exportar no es solo una consecuencia del éxito; también es una fuente de éxito adicional.
– Muchas gracias GianMarco por la entrevista.
– Gracias a vos y a la comunidad de lectores del Trade Times.