El Puerto de Rotterdam, navegando entre la estabilidad y los desafíos globales

Una infraestructura que mantiene su liderazgo europeo
28/07/2025
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El Puerto de Rotterdam, tradicionalmente considerado la puerta de entrada de Europa, abarca cerca de 105 km² a lo largo de 40 km de costa neerlandesa. Esta infraestructura puntera sigue jugando un papel crucial en las cadenas de suministro globales y mantiene su relevancia estratégica pese a los desafíos recientes.

En 2024, Rotterdam gestionó 436 millones de toneladas de carga, aunque el primer semestre de 2025 mostró una contracción del 4,1 %, situando el volumen total en 211 millones de toneladas. La caída se debió principalmente al descenso del 8,9 % en graneles secos y del 5,3 % en graneles líquidos. Aun así, el segmento de contenedores destacó por su crecimiento del 2,7 % en TEU durante el mismo periodo.

El complejo portuario está dividido en cinco áreas principales y tres parques de distribución, atendiendo a más de 500 millones de consumidores europeos. Su infraestructura comprende más de 500 muelles, 14 terminales especializadas de contenedores y 20 depósitos. Además, cuenta con 1500 km de tuberías para el transporte de productos petroquímicos y conexiones ferroviarias directas a la línea Betuwe, facilitando la integración intermodal a Alemania.

Entre las terminales más emblemáticas figura Maasvlakte II de APM Terminals, una instalación pionera desde 2015 con automatización completa y cero emisiones de carbono. Actualmente dispone de 1600 m de muelle y una capacidad de 3,25 millones de TEU, con una expansión en marcha que añadirá otros 1,000m de muelle y aumentará la capacidad en 2 millones de TEU para 2026. Esta ampliación —también automatizada y libre de emisiones— reafirma el compromiso del puerto con la sostenibilidad y la innovación tecnológica. La terminal RWG soporta además una transferencia anual de 2,35 millones de contenedores estándar.

Financieramente, la Autoridad Portuaria de Rotterdam registró un sólido aumento de ingresos del 4,8 % en 2024, alcanzando la suma de 882 millones de euros, aunque los gastos operativos crecieron un 8,7 %, reflejo de la presión por el mantenimiento y mejora de infraestructuras.

En definitiva, el futuro del Puerto de Rotterdam dependerá de su resiliencia ante las disrupciones globales, la agilidad para adaptarse a los retos energéticos y logísticos, y su apuesta continua por la digitalización y la sostenibilidad ambiental. La ampliación de Maasvlakte II y la automatización refuerzan la posición de Rotterdam como uno de los puertos más avanzados y ecológicos del mundo

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