El plurilateralismo redefine el comercio global

El Indopacífico emerge como alternativa al multilateralismo tradicional, ante la crisis de la OMC.
12/07/2025
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El sistema comercial mundial experimenta una transformación profunda. Mientras la Organización Mundial del Comercio (OMC) atraviesa una crisis institucional sin precedentes, dos megaacuerdos comerciales están construyendo silenciosamente una nueva arquitectura económica global: el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífica (CPTPP) y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP).

Este fenómeno representa el auge del plurilateralismo comercial, un modelo que está demostrando mayor eficacia que el multilateralismo tradicional para enfrentar los desafíos del comercio internacional del siglo XXI.

El plurilateralismo comercial se posiciona como una tercera vía entre los tratados bilaterales tradicionales y el multilateralismo universal de la OMC. A diferencia del enfoque «todos o ninguno» del multilateralismo, el plurilateralismo permite que grupos de países con intereses afines avancen en la integración económica sin necesidad de consenso global.

Los números validan esta estrategia. El comercio intracomunitario del CPTPP creció 5,5% entre 2018 y 2021, con un incremento del 13,2% entre miembros que previamente carecían de tratados bilaterales. La RCEP, por su parte, registró un crecimiento del 8% en el comercio intrarregional durante sus primeros dos años y medio de operación.

Estos resultados son extraordinarios considerando el contexto adverso: disrupciones pandémicas, conflictos geopolíticos y el resurgimiento del proteccionismo en las principales economías mundiales.

El CPTPP ha demostrado ser un imán para nuevos miembros, confirmando la efectividad del modelo plurilateral. Reino Unido se convirtió en el primer nuevo miembro en diciembre de 2024, mientras que una larga lista de países —desde China hasta Uruguay, pasando por Indonesia y Taiwán— han presentado solicitudes formales de adhesión.

La clave del éxito del CPTPP radica en sus altos estándares de acceso al mercado, que abarcan bienes, servicios, inversión y empresas estatales. Sus normas sobre comercio electrónico se han convertido en referencia global, contribuyendo a la difusión de políticas comerciales modernas en todo el sistema del Indopacífico.

Esta capacidad de establecer estándares elevados sin requerir consenso universal ilustra la principal ventaja del plurilateralismo: permite que los países más ambiciosos avancen sin verse limitados por las resistencias de aquellos menos dispuestos a la integración profunda.

Los megaacuerdos plurilaterales han transformado las estrategias comerciales de las principales economías mundiales, revelando tanto las oportunidades como los límites de este modelo.

A pesar de sus logros, el plurilateralismo comercial enfrenta limitaciones significativas que cuestionan su capacidad para reemplazar completamente al multilateralismo tradicional.

La RCEP muestra baja utilización por parte de economías más pequeñas como Tailandia e Indonesia para gestionar desafíos de seguridad económica. El CPTPP, por su parte, no abarca de forma exhaustiva las cadenas de suministro de todos sus miembros.

Sin embargo, el CPTPP está evolucionando para responder al cambiante panorama comercial. Sus prioridades actuales incluyen fortalecer la resiliencia de las cadenas de suministro, defender los derechos laborales, prevenir prácticas que distorsionan el mercado y complementar las normas de la OMC para responder a la coerción económica.

Con la reelección de Donald Trump y el resurgimiento de políticas proteccionistas, la pregunta central es si el plurilateralismo puede llenar el vacío dejado por la disfunción de la OMC. El organismo multilateral enfrenta una crisis sin precedentes: falta de consenso entre sus miembros, parálisis de su Órgano de Solución de Diferencias y un uso cada vez más frecuente de exenciones por motivos de seguridad nacional.

En este contexto, el CPTPP y la RCEP deberán servir como puntos focales del orden comercial basado en reglas para mantener intactos el comercio abierto y la conectividad en el Indopacífico. Su capacidad para empoderar a los países pequeños y medianos de la región podría ser clave para preservar un sistema comercial global abierto en una era de creciente securitización del comercio.

La próxima década será crucial para determinar si estos megaacuerdos plurilaterales logran consolidarse. Su éxito hasta ahora sugiere que el plurilateralismo comercial no es solo una alternativa temporal al multilateralismo, sino una evolución natural del sistema comercial global hacia estructuras más flexibles y efectivas.

El desafío será mantener la apertura y la inclusividad que caracterizó al mejor multilateralismo, evitando que el plurilateralismo derive en bloques comerciales excluyentes que fragmenten aún más la economía global. La respuesta a este desafío definirá el futuro del comercio internacional en las próximas décadas.

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