El negocio global de la sangre y sus derivados

Mercado en expansión, actores clave, países líderes en producción y exportación
01/09/2025
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El mercado mundial de productos derivados de la sangre es una industria con un valor aproximado de 34.800 millones de dólares en 2024, con una proyección de crecimiento anual del 7,9% hasta 2033. Este crecimiento es impulsado por la demanda creciente en tratamientos médicos complejos, innovaciones terapéuticas y la importancia crucial para la medicina moderna.

Los productos incluyen glóbulos rojos, plaquetas, plasma, factores de coagulación y otros hemoderivados. Son esenciales para tratamientos de anemia, trastornos hemorrágicos, cirugías, cáncer y terapias estéticas, así como para el soporte en patologías inmunológicas.

Estados Unidos lidera la producción y exportación mundial de sangre y derivados, con un mercado que supera los 25.000 millones de dólares en ventas anuales, abasteciendo principalmente a Europa y otras regiones. Además de EE.UU., países europeos como Alemania, Suiza, Irlanda y España son grandes productores y exportadores de hemoderivados. España sobresale en Europa con exportaciones superiores a 2.200 millones de euros gracias a multinacionales como Grifols.

América del Norte domina el mercado global debido a su infraestructura avanzada y el sector privado robusto para la recolección y procesamiento. En Europa, la cooperación entre sector público y privado sostiene el abastecimiento y la exportación.

El mercado está marcado por rigurosos controles de calidad y seguridad para garantizar la protección frente a infecciones. Empresas líderes como Takeda, Grifols, Octapharma y Kedrion impulsan la innovación y expansión. La demanda creciente y la complejidad del proceso de producción mantienen el negocio en constante evolución.

Más de 200 millones de cirugías mayores anuales requieren transfusiones de sangre o hemoderivados, lo que resalta la importancia estratégica del sector para la salud pública global. Se promueven campañas para la donación voluntaria y se fortalece la gestión sostenible y segura de los recursos sanguíneos.

En conclusión, el negocio de la sangre y sus derivados es un sector robusto con crecimiento sostenido, dominado por pocos países con gran capacidad tecnológica y de producción, con un impacto sanitario crucial a nivel mundial.

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