El mercado mundial del azúcar y sus proyecciones

Análisis integral del sector sucroenergético global
12/10/2025
4 minutos de lectura

El mercado mundial del azúcar atraviesa su tercer año consecutivo de sobreoferta estructural, una situación que define completamente la dinámica de precios y la rentabilidad del sector. La producción global supera sistemáticamente al consumo, generando un excedente que presiona los valores internacionales hacia niveles históricamente bajos. Esta realidad marca el compás de un mercado donde las decisiones de unos pocos actores dominantes impactan a toda la cadena de valor.

Brasil: El Gigante que Domina el Mercado Global

Brasil representa el 53% del azúcar comercializado globalmente, una posición dominante que convierte cualquier decisión productiva del país sudamericano en un evento de mercado mundial. Con una capacidad de producción de caña que alcanzó récords de 676 millones de toneladas hace dos temporadas, Brasil mantiene su liderazgo incluso enfrentando adversidades climáticas significativas.

Para 2026, se estima una producción de caña de entre 640 y 650 millones de toneladas, con condiciones climáticas normalizadas y recuperación de los cañaverales afectados, lo que representaría un incremento del 3 al 4% respecto al ciclo anterior.

La ventaja competitiva de Brasil radica en su capacidad única de redirigir la producción entre azúcar y etanol según las señales del mercado. En la temporada 2024-2025, con precios del azúcar más atractivos, los ingenios optimizaron la proporción destinada al edulcorante, logrando una producción de azúcar mayor que el año anterior pese a la menor cosecha de caña. Este mecanismo de ajuste funciona como un estabilizador natural, aunque también genera volatilidad cuando los precios del etanol superan a los del azúcar. Para 2026, se anticipa que esta flexibilidad continuará favoreciendo la producción de azúcar mientras los precios se mantengan por encima de los 18 a 19 centavos de dólar por libra.

A pesar de los desafíos puntuales de las últimas dos cosechas, Brasil preserva su posición como la región con mejores condiciones de clima, área cultivada, tecnología y manejo agrícola, lo que se traduce en los costos de producción más bajos del mundo. La reducción temporal de calidad de la caña no representa un problema estructural, sino una consecuencia de sequías localizadas, incendios forestales y ciclos climáticos atípicos. Para 2026, con el retorno a patrones climáticos normales y la maduración de cañaverales replantados, se proyecta una recuperación de la productividad por hectárea del 8 al 10% respecto a los niveles deprimidos de 2024.

El Tablero Internacional: India, Tailandia y América Latina

India, el segundo productor mundial, mantuvo un área de plantación estable con condiciones climáticas favorables durante 2024-2025. Tras dos años de restricciones a las exportaciones para proteger el mercado interno, el país proyecta un retorno gradual al comercio internacional. Las exportaciones de 2024-2025 alcanzaron 700 mil toneladas hasta octubre de 2025, pero para el ciclo 2025-2026 se estima que llegarán a 1.5 millones de toneladas, más del doble del volumen anterior. La producción total estimada para 2026 se ubica entre 32 y 33 millones de toneladas, lo que añade presión bajista adicional al mercado global.

Tailandia experimentó lluvias favorables y crecimiento de la superficie cultivada, estimando exportaciones de 10.5 millones de toneladas en 2025-2026, un incremento del 15% respecto al ciclo anterior. El país aprovecha su posición estratégica en el mercado asiático y mantiene relaciones comerciales preferenciales que le permiten competir eficientemente en la región. La combinación de mejor clima y expansión de área sembrada consolida a Tailandia como un jugador cada vez más relevante en el equilibrio global.

América Latina muestra un dinamismo productivo importante que suma tonelaje al mercado exportable. Argentina incrementó el área sembrada en las provincias del noroeste, Guatemala expandió su capacidad industrial con mejora de rendimientos, Honduras realizó nuevas inversiones en tecnología de procesamiento, y Colombia experimenta una recuperación tras años de menor producción. La proyección regional para 2026 indica un crecimiento agregado de 1,2 a 1,5 millones de toneladas adicionales al mercado exportable, consolidando a la región como un proveedor cada vez más significativo.

En contraste, Europa enfrenta una reducción de áreas cultivadas y problemas climáticos persistentes en Francia y Alemania, sus principales productores. 

El mercado estadounidense mantiene precios internos de aproximadamente 32 a 35 centavos por libra, mientras el mercado internacional cotiza alrededor de 18 a 20 centavos por libra, evidenciando la magnitud de la distorsión. Esta diferencia representa una transferencia de riqueza desde los consumidores hacia los productores protegidos, limitando la competitividad de las industrias que utilizan azúcar como insumo. En contraste, Brasil, India y Tailandia operan con subsidios muy pequeños o indirectos que no generan impacto significativo en el mercado global, compitiendo fundamentalmente por eficiencia productiva.

La Dimensión Energética: Azúcar y Etanol

La relación entre azúcar y etanol define el futuro del sector sucroenergético brasileño. El país produce etanol para automóviles, aviación y transporte marítimo, posicionándose como líder mundial en biocombustibles de primera generación. La decisión de producir azúcar o etanol responde directamente a los precios relativos, y si el etanol supera en rentabilidad al azúcar, los ingenios ajustan su producción en cuestión de semanas, maximizando sus ingresos. Esta flexibilidad genera volatilidad de oferta en ambos mercados, creando oportunidades de arbitraje para productores pero también incertidumbre para compradores industriales.

Aunque la capacidad productiva de etanol existe y podría expandirse significativamente, su crecimiento depende fundamentalmente de mandatos gubernamentales de mezcla obligatoria, cambios en la matriz energética nacional e internacional, adopción de tecnologías flex-fuel en nuevos mercados, y competitividad frente a combustibles fósiles. Sin cambios regulatorios significativos, la demanda de etanol para 2026 crecerá apenas 2 a 3% anual, insuficiente para absorber la capacidad ociosa del sector y representar una válvula de escape real para el exceso de caña disponible.

Proyecciones de Precios: El Ciclo Prolongado de Valores Bajos

El panorama global indica que los precios permanecerán en niveles bajos hasta mediados de 2027, consecuencia de un superávit persistente de 3 a 5 millones de toneladas anuales, capacidad ociosa significativa en Brasil, India y Tailandia, inventarios acumulados en principales países productores, y demanda estancada en mercados desarrollados. 

A partir de 2028 se proyecta el inicio de un nuevo ciclo alcista, cuando el exceso de producción se consuma gradualmente, la demanda continúe creciendo aproximadamente 1,8 millones de toneladas anuales, las inversiones en nueva capacidad no hayan materializado suficientemente, y los inventarios se normalicen a niveles históricos. 

El sector azucarero enfrenta un dilema de timing crítico, ya que las inversiones necesarias para expandir producción requieren plazos largos que no coinciden con los ciclos de precios. Los cañaverales nuevos necesitan tres años hasta alcanzar producción plena, mientras que los ingenios industriales requieren dos años de construcción y puesta en marcha. Un proyecto integrado completo demanda entre cuatro y cinco años desde la decisión de inversión hasta la operación comercial.

NOTICIAS RELACIONADAS

No te pierdas