El comercio internacional mostró señales de recuperación durante la primera mitad de 2025, con un incremento de aproximadamente 300.000 millones de dólares, según reveló la última Actualización sobre el Comercio Mundial publicada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). El impulso provino principalmente del robusto crecimiento de las importaciones estadounidenses y las exportaciones europeas, marcando un cambio significativo en la dinámica del comercio global.
El informe indica que el comercio mundial experimentó un crecimiento del 1,5% durante el primer trimestre del año, con proyecciones que apuntan a un 2% para el segundo trimestre. El sector de servicios emergió como el principal motor de esta expansión, con un notable aumento del 9% interanual en los últimos cuatro trimestres, consolidándose como el pilar más dinámico del comercio internacional.
Sin embargo, no todo es motivo de optimismo. A pesar de este repunte, la UNCTAD advierte sobre la persistencia de riesgos considerables que podrían afectar el desempeño comercial en la segunda mitad del año. Entre las principales amenazas se encuentran la incertidumbre política, las crecientes tensiones geopolíticas y señales preocupantes de desaceleración en la economía global.
El valor del comercio también se benefició de un ligero incremento en los precios de los bienes, que registraron alzas durante el primer trimestre y probablemente continuaron su tendencia ascendente. No obstante, cuando se analiza el volumen físico del comercio, la imagen es menos alentadora: apenas creció un 1%, lo que sugiere una expansión moderada en términos reales y revela que gran parte del crecimiento en valor se debe más a factores de precio que a un aumento sustancial en las transacciones.
Uno de los hallazgos más significativos del informe es el cambio en la dinámica comercial global. Las economías desarrolladas han superado a los países en desarrollo en términos de crecimiento comercial, revirtiendo la tendencia reciente que favorecía al Sur Global. Este giro representa un punto de inflexión en la distribución del dinamismo comercial mundial.
Estados Unidos lideró este cambio con un impresionante aumento del 14% en sus importaciones, consolidándose como el principal impulsor del crecimiento comercial global. Por su parte, la Unión Europea registró un incremento del 6% en sus exportaciones, demostrando la fortaleza de su sector productivo y su capacidad competitiva en los mercados internacionales.
En contraste, el panorama para los países en desarrollo fue menos favorable. Sus importaciones cayeron un 2%, mientras que el comercio Sur-Sur, que había sido una fuente importante de dinamismo en años recientes, se mantuvo prácticamente estancado. La excepción notable fue África, que logró un crecimiento del 5% en sus exportaciones y un notable aumento del 16% interanual en su comercio intrarregional, señalando el potencial de integración económica en el continente.
El informe también destaca la acentuación de los desequilibrios comerciales durante los últimos cuatro trimestres. Estados Unidos amplió significativamente su déficit comercial, mientras que China y la Unión Europea registraron superávits cada vez mayores, profundizando las asimetrías en los flujos comerciales globales.
Los déficits bilaterales de Estados Unidos revelan la magnitud de estas disparidades: alcanzaron los 360.000 millones de dólares con China, 276.000 millones con la Unión Europea y 116.000 millones con Vietnam. Estas cifras no solo reflejan patrones de consumo y producción, sino que también plantean interrogantes sobre la sostenibilidad de estos desequilibrios a largo plazo y sus implicaciones para la estabilidad del sistema comercial internacional.