El ascenso de China en la manufactura electrónica y los desafíos para la competitividad de Estados Unidos

Claves del crecimiento, retos y caminos para la reindustrialización en EEUU
03/09/2025
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China ha pasado de exportar solo 5.000 millones de dólares en productos electrónicos en 1990 a superar la cifra de 1 billón en 2021, superando por sí sola la suma de los cinco principales exportadores combinados. Además, su valor agregado en estas exportaciones ha aumentado significativamente; por ejemplo, mientras en 2007 China solo ensamblaba iPhones, en 2022 ya contaba con 151 proveedores dentro de su territorio para Apple.

El crecimiento del sector se debe a tres factores clave: intensa competencia que fuerza a las empresas a innovar y reducir costos, un sistema educativo que facilita la transferencia tecnológica y un desarrollo robusto de infraestructura como puertos y telecomunicaciones que atraen inversión extranjera. Esta dinámica ya se vio en países precedentes del este asiático, que China replicó e incluso mejoró.

China combina un modelo lineal de innovación —ascendiendo progresivamente en la cadena de valor— con uno no lineal donde empresas, como Huawei, invierten agresivamente en investigación y desarrollo (25.000 millones de dólares en 2024) para diferenciarse. Sin embargo, sigue dependiendo de tecnologías críticas extranjeras, lo que la hace vulnerable a medidas proteccionistas, como las sanciones de EE.UU. que limitaron el acceso de Huawei a tecnologías clave.

Analizando datos desde 2003 a 2018, un aumento del 10% en aranceles reduce las exportaciones chinas de electrónica entre 12% y 21%, mucho más que el efecto equivalente de la apreciación cambiaria, lo que muestra la sensibilidad de China frente a políticas arancelarias.

La experiencia de EE.UU. para atraer fábricas, como el caso del fallido acuerdo con Foxconn en Wisconsin, evidencia que la amenaza de tarifas no basta. Para fortalecer su manufactura, EE.UU. debe mejorar los incentivos económicos, la educación y la infraestructura.

En resumen, China ha evolucionado de imitar a innovar en electrónica, construyendo una capacidad exportadora formidable que ha generado superávits comerciales masivos. Para evitar represalias proteccionistas, se debe fomentar el consumo interno. Por su parte, EE.UU. necesita enfocarse en fortalecer sus fundamentos productivos.

Esta combinación de competitividad, inversión en talento e infraestructura muestra un camino claro para quienes buscan revitalizar la industria manufacturera nacional en el escenario global actual.

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