Dinamarca y su modelo de sostenibilidad aplicada se presentará en la COP30

El país nórdico llega a Belém como referente en planificación público/privada, uniendo acción climática, justicia social e innovación empresarial
15/09/2025
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Con una delegación que representa la esencia de su modelo de desarrollo sustentable, Dinamarca se prepara para ser protagonista en la COP30 que se celebrará en Belém, Brasil, del 10 al 21 de noviembre de 2025. El país nórdico llega a la cita climática más importante del año no solo como líder tecnológico, sino como el ejemplo más exitoso de Europa en la construcción de alianzas público-privadas que transforman vidas mientras protegen el planeta.

Desde 1996, Dinamarca ha conseguido reducir las emisiones de CO2 en más de la mitad, y en 2019, el 47% de la electricidad producida en el país fue energía eólica. Pero estos números solo cuentan una parte de la historia. Lo que realmente distingue al modelo danés es su capacidad para convertir la transición verde en una oportunidad de desarrollo social integral.

A través de un sistema de colaboración local, las empresas públicas y privadas compran y venden productos residuales entre sí, obteniendo beneficios económicos y ambientales mutuos. Esta simbiosis industrial, que combina la lógica de los ecosistemas naturales con las del sistema económico, ha posicionado a Dinamarca como el laboratorio más avanzado de Europa en sostenibilidad aplicada.

La delegación danesa que participará en la COP30 es un reflejo de esta filosofía integradora. Empresas energéticas, instituciones públicas, organizaciones financieras y representantes de la sociedad civil viajan juntos con un mensaje claro: la acción climática debe ser inclusiva, justa y económicamente viable para ser verdaderamente transformadora.

Esta planificación coordinada de la acción climática por parte de los municipios de Dinamarca no es una casualidad. El proyecto DK2020 ha sido impulsado por la voluntad política y el liderazgo climático de los alcaldes y socios daneses, creando un modelo de gobernanza multinivel que Europa observa con atención.

Mientras las negociaciones del Acuerdo de París requieren una aceleración urgente para responder a las amenazas climáticas que afectan especialmente a las poblaciones más vulnerables, Dinamarca tiene claro el objetivo de mantener su liderazgo global promoviendo una transición energética justa y verde, que incluya el acceso a energías limpias y la eficiencia energética.

En Belém, la palabra clave será «implementación». Dinamarca no llega solo con promesas, sino con casos documentados de éxito que demuestran cómo la colaboración público-privada puede generar empleo de calidad, mejorar la cohesión social y proteger a las comunidades en riesgo, todo mientras se avanza hacia la neutralidad climática.

El país danés es reconocido mundialmente por su gran capacidad de adaptarse a las medidas necesarias para mitigar el cambio climático y en la movilidad sustentable marca el camino. La promoción de vehículos eléctricos, autopistas para bicicletas y zonas de bajas emisiones han transformado no solo la movilidad urbana, sino la calidad de vida de millones de ciudadanos.

Pero el modelo danés va más allá del transporte. El liderazgo de Dinamarca en energía eólica puede atribuirse a una combinación de inversiones tempranas en investigación, políticas visionarias y un enfoque colaborativo entre el gobierno y el sector privado. Esta experiencia será fundamental para los debates sobre financiamiento climático y transferencia tecnológica que dominarán las discusiones en la COP30.

Lo que hace único al modelo danés es su comprensión de que la crisis climática es también una crisis social. Las políticas verdes danesas no se limitan a reducir emisiones; buscan activamente crear oportunidades económicas para todos los sectores de la sociedad, especialmente para aquellos en situación de mayor vulnerabilidad.

En la COP30, Dinamarca presentará una agenda ambiciosa que incluye: Casos reales de colaboración público-privada que han transformado sectores enteros de su economía, desde la energía hasta la gestión de residuos, demostrando que la sostenibilidad puede ser un motor de crecimiento y equidad.

Modelos de financiamiento innovadores que han permitido acelerar la transición verde sin dejar atrás a las comunidades más vulnerables, incluyendo mecanismos de garantía pública para inversiones privadas en tecnologías limpias.

Estrategias de protección de la biodiversidad integradas con desarrollo económico local, mostrando cómo la conservación puede ser una fuente de empleo y bienestar comunitario.

Mientras los delegados se preparan para las intensas negociaciones de noviembre en Belém, Dinamarca llega con una ventaja única: no necesita prometer lo que va a hacer, sino que puede mostrar lo que ya está funcionando. Su modelo de colaboración público-privada en la planificación sustentable no es solo una estrategia nacional exitosa; es una hoja de ruta para que Europa y el mundo construyan un futuro más justo y sostenible.

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