Comenzó la conexión estratégica a través del megapuerto de Chancay

La nueva ruta marítima directa fortalece la presencia china en el Pacífico Sur y redefine las cadenas logísticas latinoamericanas
20/09/2025
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El desarrollo del megapuerto de Chancay marca un punto de inflexión en las relaciones comerciales entre Perú y China, consolidándose como una pieza clave en la estrategia china de expansión de sus corredores logísticos globales. El puerto chino de Cantón, el mayor centro de transporte marítimo del sur del país, abrió el martes una ruta directa con el puerto peruano de Chancay, una medida que promete transformar la dinámica comercial del Pacífico Sur.

Esta nueva conexión marítima representa mucho más que un simple corredor comercial. La decisión responde al avance estratégico para fortalecer la presencia china en América Latina, estableciendo un vínculo directo que desafía las rutas tradicionales y posiciona a Perú como una puerta de entrada privilegiada para el comercio asiático hacia el continente americano.

El puerto de Chancay, resultado de una inversión conjunta entre COSCO Shipping Ports de China y la empresa minera peruana Volcán, comenzó sus operaciones comerciales en noviembre de 2024 como parte integral de la iniciativa china de la Franja y la Ruta. El puerto peruano cuenta con 15 atracaderos y tecnología avanzada para recibir buques de gran calado, lo que facilita el intercambio comercial a gran escala entre ambos continentes.

Los primeros meses de operación han demostrado el potencial de esta nueva ruta. La ruta marítima directa entre el puerto peruano de Chancay y la ciudad china de Shanghai movilizó 22.000 toneladas de carga en sus primeros dos meses de operativa, cifras que evidencian la creciente demanda y eficiencia del nuevo corredor logístico.

La conexión no se limita únicamente a Shanghai. Una nueva y estratégica ruta marítima que conecta directamente el puerto de Guangzhou, en China, con el megapuerto de Chancay, en Perú amplía las opciones de conectividad y reduce significativamente los costos operativos para el comercio bilateral.

Para Perú, este desarrollo representa una oportunidad histórica de diversificación económica y fortalecimiento de su posición geopolítica. El país sudamericano se posiciona como un hub logístico estratégico que no solo beneficia su economía interna, sino que también ofrece servicios de conexión para otros países de la región sudamericana hacia los mercados asiáticos.

Desde la perspectiva china, Chancay forma parte de una estrategia más amplia de diversificación de rutas comerciales que reduce la dependencia del Canal de Panamá y otros puntos de tránsito tradicionales. Esta nueva ruta ofrece a China un acceso más directo y eficiente a los mercados sudamericanos, especialmente para la importación de materias primas y la exportación de productos manufacturados.

El impacto regional de esta nueva conectividad trasciende las fronteras peruanas. Con esta conexión, no solo se reducen significativamente los costos operativos, sino que se redefine el papel de otros puertos en la región, particularmente aquellos en Chile y Colombia, que deberán adaptarse a esta nueva realidad competitiva.

Para el internacionalista Óscar Vidarte de la PUCP, «el puerto de Chancay va a cambiar por completo la dinámica portuaria y naviera del Pacífico Sur», una transformación que se espera tenga efectos positivos en el crecimiento económico peruano, con proyecciones de alcanzar un impacto del 0,9% en el PIB durante 2025.

La nueva ruta marítima también plantea importantes consideraciones ambientales y sociales que deberán ser monitoreadas cuidadosamente. El desarrollo de infraestructura portuaria de esta magnitud requiere un equilibrio entre el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental, especialmente en una zona costera de gran valor ecológico.

Mirando hacia el futuro, la consolidación de Chancay como mega puerto estratégico puede catalizar el desarrollo de otros proyectos de infraestructura en Perú, incluyendo mejoras en la conectividad terrestre hacia el interior del país y hacia países vecinos. Esta integración multimodal potenciaría aún más el papel de Perú como puente comercial entre Asia y América del Sur.

La exitosa implementación de esta nueva ruta marítima representa un modelo replicable para otros países latinoamericanos que buscan diversificar sus socios comerciales y modernizar su infraestructura logística. El caso peruano-chino demuestra cómo las alianzas estratégicas bien planificadas pueden generar beneficios mutuos y contribuir al desarrollo económico regional de manera sostenible.

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