China alcanzó un hito sin precedentes en la historia económica global: su superávit comercial superó el billón de dólares en los primeros once meses de 2025, consolidando su posición como la potencia exportadora dominante del planeta, a pesar de los aranceles impuestos por Estados Unidos y las crecientes tensiones comerciales con Occidente.
Las cifras oficiales publicadas esta semana muestran que las exportaciones de China crecieron 5,4% en comparación con el mismo período de 2024, mientras que las importaciones cayeron 0,6%. Este desequilibrio espectacular supera el récord de 992 mil millones de dólares registrado durante todo 2024, y plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del modelo económico chino y sus implicaciones para el comercio global.
El motor detrás del récord
El superávit histórico está impulsado principalmente por las exportaciones de productos de alta tecnología. China continuó inundando los mercados globales con automóviles, electrónicos, maquinaria, paneles solares y otros bienes manufacturados, a pesar de los esfuerzos de Estados Unidos por frenar su dominio comercial.
Los sectores más dinámicos incluyen:
Vehículos eléctricos y automóviles: Las exportaciones totales de automóviles aumentaron en más de un millón de unidades, alcanzando aproximadamente 6.5 millones este año, desplazando cuota de mercado a fabricantes japoneses y alemanes tradicionales.
Electrónicos y semiconductores: China exportó más de 1 billón de dólares en productos electrónicos durante 2024. Las exportaciones de semiconductores crecieron 24,7%, mostrando el avance tecnológico del país en áreas críticas.
Construcción naval: Las exportaciones del sector aumentaron 26,8%, reflejando la creciente competitividad china en industrias de alta complejidad.
Diversificación ante las barreras comerciales
Mientras las exportaciones a Estados Unidos cayeron por octavo mes consecutivo a pesar de un reciente acuerdo comercial, China ha logrado compensar estas pérdidas expandiendo sus ventas hacia otros mercados.
Las ventas en el Sudeste Asiático y Europa experimentaron un auge, con Brasil emergiendo como uno de los mercados de más rápido crecimiento para productos electrónicos y automóviles chinos. Esta estrategia de diversificación ha permitido a Beijing mantener su dinamismo exportador pese a las barreras comerciales estadounidenses.
El lado oscuro del superávit
Paradójicamente, el récord comercial de China revela vulnerabilidades estructurales en su economía. El marcado contraste entre el sólido crecimiento de las exportaciones y la debilidad de las importaciones refleja una demanda interna insuficiente, consecuencia de la crisis inmobiliaria prolongada y la creciente inseguridad laboral que frenan el consumo doméstico.
Según análisis de Citigroup, China podría adoptar restricciones comerciales voluntarias adicionales para mitigar el desequilibrio comercial, ante las crecientes presiones internacionales y las acusaciones de prácticas comerciales desleales.
Tensiones geopolíticas en aumento
El récord comercial de China intensifica las fricciones con sus principales socios económicos. Reino Unido recomendó aranceles de hasta 83,5% sobre excavadoras chinas, mientras Francia advirtió sobre posibles «medidas contundentes» si Beijing no aborda el desequilibrio.
La administración Trump ha señalado potenciales aranceles del 60% sobre productos con componentes chinos, aunque las primeras medidas se enfocaron en Canadá y México. Estos movimientos podrían paradójicamente aumentar la presión sobre los mercados europeos, ya que los exportadores chinos redirigirían productos hacia otras regiones.
Perspectivas futuras
A pesar de los desafíos, analistas proyectan que China continuará expandiendo su cuota de mercado global. Morgan Stanley estima que para 2030, la participación de China en las exportaciones globales alcanzará el 16.5%, frente al 15% actual, impulsada por su liderazgo en manufactura avanzada y sectores de alto crecimiento como vehículos eléctricos, robótica y baterías.