El nearshoring se ha convertido en una de las estrategias más importantes para las empresas globales que buscan optimizar sus operaciones. Para entender cómo funciona esta cadena de valor, analicemos el caso de Samsung Electronics y su producción de televisores destinados al mercado estadounidense, donde la compañía ha trasladado parte significativa de su manufactura desde plantas asiáticas hacia México.
La cadena de valor comienza en Corea del Sur, donde Samsung mantiene sus centros de investigación y desarrollo. Aquí, equipos de ingenieros y diseñadores trabajan en la creación de nuevas tecnologías como pantallas QLED y OLED, desarrollan los sistemas operativos para smart TVs y diseñan los modelos que llegarán al mercado. Esta etapa permanece centralizada en la casa matriz porque requiere alta especialización y concentra el conocimiento crítico que diferencia a Samsung de sus competidores. Las patentes y el diseño industrial nacen aquí, agregando el mayor valor intelectual al producto.
Una vez definido el diseño, comienza la fase de abastecimiento de componentes, que funciona con un modelo híbrido. Los componentes tecnológicos más sofisticados, como los paneles LCD y OLED, los procesadores de última generación y los chips especializados, siguen llegando desde Asia, principalmente de Corea del Sur, Taiwán y China, donde existe la infraestructura y experiencia necesaria para producirlos. Sin embargo, Samsung ha desarrollado una red de proveedores locales en México y Estados Unidos para componentes menos especializados como plásticos, metales, materiales de empaque, cables y conectores. Esta estrategia dual permite mantener la calidad tecnológica mientras se reducen costos y tiempos de transporte para materiales de menor valor agregado.
Manufactura en México: El Corazón del Nearshoring
La planta de ensamblaje en Tijuana, México, representa el núcleo de la estrategia de nearshoring. Aquí llegan los componentes de distintas procedencias para ser integrados en el producto final. Los trabajadores especializados ensamblan los paneles importados dentro de las carcasas, instalan los sistemas electrónicos, realizan las conexiones necesarias y ejecutan rigurosos controles de calidad. Cada televisor pasa por pruebas funcionales exhaustivas antes de ser empacado. Esta ubicación ofrece ventajas cruciales: los costos laborales son significativamente menores que en Estados Unidos pero mantienen estándares de calidad comparable, la proximidad geográfica permite supervisión directa desde las oficinas estadounidenses, y el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) proporciona beneficios arancelarios que hacen competitiva la operación frente a las importaciones directas desde Asia.
Después del ensamblaje, los televisores se almacenan temporalmente en centros de distribución ubicados estratégicamente en la zona fronteriza entre Tijuana y San Diego. Desde aquí, el producto cruza la frontera terrestre hacia Estados Unidos en cuestión de uno o dos días, una diferencia abismal comparada con las cuatro o cinco semanas que tomaría un embarque marítimo desde China o Corea. Esta proximidad permite a Samsung mantener inventarios más reducidos, responder rápidamente a cambios en la demanda y reducir el capital inmovilizado en productos en tránsito. Los camiones de carga salen diariamente hacia distintos centros de distribución en Estados Unidos, alimentando las cadenas de retail como Best Buy, Walmart y los almacenes de comercio electrónico de Amazon.
Las oficinas comerciales y de marketing, ubicadas tanto en Estados Unidos como en México, se encargan de adaptar las estrategias de venta al mercado norteamericano. Esto incluye desde la traducción y localización de interfaces en español e inglés, hasta el cumplimiento de estándares eléctricos específicos del mercado estadounidense. Los equipos de ventas gestionan las relaciones con grandes retailers, negocian espacios de exhibición y coordinan campañas publicitarias que resuenan con los consumidores locales. La cercanía cultural y geográfica facilita la comprensión de preferencias y tendencias del mercado objetivo, permitiendo ajustes más ágiles en las estrategias comerciales.
Finalmente, la cadena de valor se cierra con el servicio postventa, donde el nearshoring muestra ventajas adicionales. Los centros de servicio técnico distribuidos en ambos países pueden recibir repuestos desde México en cuestión de días, no semanas. Los call centers operan en zonas horarias compatibles, facilitando la comunicación inmediata con los clientes. Las garantías se procesan más eficientemente y las reparaciones se ejecutan con mayor rapidez. Esta capacidad de respuesta fortalece la relación con el cliente y mejora la percepción de la marca. Desde el punto de vista operativo, Samsung reduce dramáticamente los tiempos de entrega y puede ajustar la producción según las fluctuaciones de la demanda con mucha mayor flexibilidad. Económicamente, la empresa ahorra en costos de transporte marítimo, aprovecha aranceles preferenciales y se protege de las volatilidades en los fletes internacionales que han caracterizado los últimos años. Estratégicamente, diversifica el riesgo geopolítico ante las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, reduce su huella de carbono gracias a trayectos de transporte más cortos, y puede mercadear sus productos con la etiqueta «Made in North America», cada vez más valorada por los consumidores estadounidenses.