Bajo los océanos del mundo se extiende una red invisible pero fundamental: casi un millón de millas de cables de comunicación submarina que transportan más del 95% del tráfico internacional de datos y llamadas de voz. Estos cables conducen cientos de terabytes de información por segundo, incluyendo comunicaciones gubernamentales, transacciones financieras, correos electrónicos, videollamadas y servicios de streaming que conectan continentes y personas alrededor del planeta.
El boom de la inversión impulsado por la inteligencia artificial
La demanda de cables submarinos está experimentando un crecimiento exponencial, impulsada principalmente por la carrera de las grandes tecnológicas para desarrollar modelos de inteligencia artificial cada vez más complejos y conectar sus crecientes redes de centros de datos. La inversión en nuevos proyectos de cables submarinos alcanzará aproximadamente 13.000 millones de dólares entre 2025 y 2027, casi el doble de lo invertido entre 2022 y 2024.
Los gigantes tecnológicos toman el control
Meta, Google, Amazon y Microsoft están invirtiendo fuertemente en esta infraestructura como parte esencial de su estrategia de expansión en inteligencia artificial. Estas compañías ya no se limitan a ser usuarios de los cables; están convirtiéndose en propietarios directos de la infraestructura.
Meta anunció en febrero el Project Waterworth, un cable de 50.000 kilómetros que conectará cinco continentes, convirtiéndose en el proyecto de cable submarino más largo del mundo. La compañía será la única propietaria de Waterworth, un proyecto multianual que costará miles de millones de dólares.
Amazon también reveló recientemente su primer proyecto de cable submarino de propiedad total, llamado Fastnet, que conectará la costa este de Maryland con el condado de Cork en Irlanda. Este cable tendrá una capacidad superior a 320 terabits por segundo, equivalente a transmitir simultáneamente 12,5 millones de películas en alta definición. La conectividad submarina es esencial para cualquier operación internacional a través de los océanos. Aunque la conectividad satelital puede funcionar, presenta mayor latencia, costos más elevados y simplemente no puede proporcionar la capacidad o el rendimiento que los clientes y el internet en general requieren.
Google ha sido uno de los actores más activos, habiendo invertido en más de 30 cables submarinos. Uno de sus proyectos más recientes es Sol, que conectará Estados Unidos, Bermuda, Azores y España. Microsoft también ha realizado inversiones significativas en esta infraestructura crítica.
El crecimiento masivo en cables submarinos durante las últimas dos décadas ha sido impulsado por una demanda voraz de datos que continúa expandiéndose exponencialmente.
Vulnerabilidades y amenazas a la infraestructura crítica
Las interrupciones causadas por daños a los cables pueden tener consecuencias significativas, particularmente en áreas con pocas conexiones alternativas de internet. Cortar un cable puede dejar a múltiples países sin acceso a internet, afectando transacciones financieras, operaciones bancarias, comercio electrónico y comunicaciones básicas.
En septiembre de 2024, cortes en cables submarinos en el Mar Rojo causaron interrupciones en el servicio de nube Azure de Microsoft. Aunque la compañía logró redirigir el tráfico, los usuarios en Asia y Medio Oriente experimentaron problemas de latencia incrementada y rendimiento degradado.
Los expertos señalan que la mayoría de los daños a cables submarinos son accidentales, generalmente causados por actividades pesqueras o por barcos que accidentalmente dejan caer sus anclas sobre un cable. Sin embargo, recientemente estos cables se han convertido en sospechosos objetivos de sabotaje.
Durante 2024 y 2025 se observó un notable incremento en incidentes ocurridos en el Mar Báltico y alrededor de Taiwán. Aunque es difícil determinar con absoluta certeza que estos eventos son intencionales, los patrones que emergen dan motivos para sospechar que no todos pueden considerarse accidentales.
Los cables submarinos representan una infraestructura crítica que raramente aparece en las conversaciones públicas, pero que sostiene prácticamente todas las actividades digitales modernas. Desde transacciones financieras hasta el desarrollo de inteligencia artificial de próxima generación, esta red submarina de fibra óptica es la columna vertebral invisible de nuestra sociedad interconectada.
La manufactura e instalación de estos cables es un proceso altamente especializado, liderado por empresas como Alcatel, el mayor fabricante e instalador de cables submarinos del mundo según la revista especializada Submarine Telecoms Forum. A medida que la demanda continúa creciendo, la protección y expansión de esta infraestructura crítica se ha convertido en una prioridad estratégica tanto para las empresas tecnológicas como para los gobiernos alrededor del mundo.