América Latina entre la incertidumbre y la oportunidad

La CEPAL identifica ventajas competitivas, pero advierte sobre la necesidad de una diversificación estratégica.
23/11/2025
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Un reciente análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) revela que los cambios arancelarios implementados por Estados Unidos desde febrero de 2025 han transformado profundamente el panorama comercial regional. Sin embargo, lejos de representar únicamente una amenaza, estos ajustes podrían constituir una ventana de oportunidad para los países latinoamericanos y caribeños.

Una Ventaja Inesperada en Medio de la Tormenta

Contrario a las expectativas iniciales, el informe destaca un hallazgo sorprendente: las tasas arancelarias que Estados Unidos aplica actualmente a la región son notablemente inferiores a las que enfrentan otros competidores globales. Esta disparidad genera un escenario favorable para América Latina, particularmente en sectores estratégicos como la agroindustria, la industria textil y los dispositivos médicos.

La CEPAL caracteriza esta situación como una «desviación favorable del comercio», un fenómeno que podría permitir a la región consolidar y expandir su presencia en el mercado estadounidense. En otras palabras, mientras otras potencias exportadoras enfrentan barreras más altas, Latinoamérica cuenta con un margen competitivo para reposicionarse estratégicamente.

El Lado Oscuro: Volatilidad e Incertidumbre

No obstante, el organismo internacional advierte que esta ventaja relativa no debe interpretarse como permanente. Los aranceles actuales son susceptibles a modificaciones abruptas, dependiendo de múltiples factores: cambios en los déficits comerciales, prioridades geopolíticas de Washington, o giros hacia políticas proteccionistas más agresivas.

La inversión extranjera directa (IED) destinada a sectores orientados al mercado estadounidense muestra signos de contracción. Los inversionistas, desalentados por la falta de predictibilidad en la política comercial norteamericana, están posponiendo compromisos de largo plazo justo cuando las industrias regionales necesitan capital para escalar su producción.

La CEPAL subraya un riesgo crítico: si la región permanece pasiva, podría quedar atrapada en circuitos productivos frágiles y excesivamente dependientes de las decisiones unilaterales de Washington.

Tres Pilares para la Resiliencia Regional

Frente a este escenario complejo, la CEPAL propone una estrategia integral basada en tres ejes fundamentales:

1. Diversificación geográfica de mercados

La región debe intensificar sus vínculos comerciales con economías emergentes y bloques alternativos: China, la Unión Europea, India, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), los países del Golfo Pérsico y África. Multiplicar destinos de exportación significa distribuir riesgos y reducir la vulnerabilidad ante shocks en un solo mercado.

2. Integración regional profunda

Es urgente avanzar hacia una convergencia normativa entre países latinoamericanos, desarrollar infraestructura compartida y eliminar obstáculos al comercio intrarregional. Fortalecer las cadenas de valor dentro de América Latina no solo reduciría la dependencia externa, sino que también aumentaría la capacidad colectiva de respuesta ante crisis globales.

3. Transformación productiva de alto valor

No se trata simplemente de exportar más, sino de exportar mejor. La CEPAL insta a implementar políticas orientadas a elevar la sofisticación tecnológica de los productos regionales, desarrollar capital humano especializado y fomentar ecosistemas de innovación. El objetivo es ascender en la jerarquía de la economía global, transitando desde la exportación de commodities hacia bienes y servicios de mayor valor agregado.

Estabilidad política como requisito indispensable

Más allá de estas medidas estructurales, el informe enfatiza la importancia de mantener políticas nacionales coherentes y predecibles. En un entorno global caracterizado por tensiones geopolíticas y fragmentación comercial, las señales erráticas de política pública solo agravan la incertidumbre y alejan la inversión.

El dilema estratégico: actuar o languidecer

La conclusión del informe es contundente: América Latina y el Caribe no pueden permitirse reacciones reactivas o improvisadas. La actual configuración arancelaria estadounidense es temporal por naturaleza, y esperar pasivamente equivaldría a desperdiciar una oportunidad histórica.

A largo plazo, la región debe diseñar una estrategia robusta que capitalice sus ventajas competitivas, fortalezca sus estructuras productivas y reduzca su dependencia de decisiones externas. Solo mediante una planificación estratégica y una acción coordinada podrá la región absorber shocks externos y construir una economía más autónoma y sostenible.

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