La ola deflacionaria China llega a las puertas de Europa

El exceso de capacidad industrial de Pekín desploma los precios en el continente asiático y amenaza con extenderse a la eurozona.
19/11/2025
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La advertencia del Banco Central Europeo (BCE) está empezando a materializarse. Durante meses, la institución ha alertado sobre uno de los mayores riesgos para la economía continental: un proceso desinflacionario masivo provocado por el desvío de productos chinos como consecuencia de la guerra comercial con Estados Unidos. 

Aunque Washington y Pekín avanzan hacia ciertos acuerdos, la era de aranceles elevados parece consolidarse, empujando a las empresas chinas a buscar nuevos mercados para absorber su sobrecapacidad productiva.

Antes de llegar a Europa, los efectos ya son visibles en los mercados asiáticos más cercanos, que funcionan como un auténtico «canario en la mina» de lo que podría avecinarse en el Viejo Continente.

Según el Asian Development Outlook, la inflación en el continente asiático descenderá hasta el 1,7% en 2025, tras situarse en 2,3% durante el segundo trimestre del año. Esta cifra contrasta con el 2,8% registrado en 2024. Para 2026 se espera un ligero repunte hasta el 2,1%.

Capital Economics identifica como causa principal el desplome del 20% en los precios de exportación chinos. Las cifras son contundentes: las importaciones chinas consumidas internamente en Asia —en lugar de ser reexportadas— equivalen a entre el 3% y el 12% del PIB total de la región. 

Este proceso desinflacionario no es repentino. Capital Economics lo sitúa en 2022, cuando China alcanzó su pico reciente de exportaciones a Estados Unidos. Desde entonces, ante las barreras arancelarias norteamericanas, el gigante asiático ha reorientado sus exportaciones: reduce envíos a EEUU y almacena o redirige esa producción hacia otros mercados.

Casos concretos: de Tailandia a Vietnam

Los ejemplos son múltiples y específicos. Tailandia, que aspira a convertirse en el «Detroit de Asia» con su industria automotriz, ha visto cómo los precios del sector del motor se han hundido un 6% ante la llegada masiva de vehículos chinos de bajo costo. Situaciones similares se replican con los smartphones en Vietnam y Singapur, y prácticamente con todos los productos que el gigante asiático redirige hacia sus vecinos.

El último estudio de Asia Society confirma esta tendencia: «La ASEAN, que durante mucho tiempo se ha beneficiado del rápido crecimiento de China y de la integración de la cadena de suministro global, ahora se enfrenta a crecientes presiones a medida que el exceso de capacidad industrial chino se extiende por toda Asia».

Récords de exportación a la región ASEAN

Las cifras respaldan esta narrativa. China ha disparado sus exportaciones hacia la región ASEAN desde 2023, intensificándose notablemente en 2024 y 2025. En concreto, estas crecieron un 12% en 2024, convirtiendo a los países de su entorno en su primer mercado de exportación, superando a la Unión Europea y Estados Unidos.

La tendencia se ha acentuado en 2025: la semana pasada se confirmó que el comercio de China con Asia alcanzó máximos históricos con un crecimiento del 9,7%, totalizando 694.000 millones de dólares. Los expertos anticipan que con la implementación del acuerdo de libre comercio ASEAN-China, ampliado en octubre, esta dinámica se profundizará aún más.

Aunque la sobrecapacidad china es un pilar fundamental, el proceso desinflacionario oriental tiene otros componentes. «De hecho, el grado en que las economías dependen de las importaciones chinas no explica completamente el grado en que la inflación en esas economías se está desviando de su promedio histórico», matiza Capital Economics.

El desplome de precios de materias primas como el trigo, el petróleo y el gas natural ha jugado un papel crucial. El Asian Development Bank destaca especialmente la bajada generalizada de precios de energía y alimentos como factores determinantes.

Pocos dudan de que el factor chino ha sido determinante en Asia, y el fenómeno podría anticipar lo que sucederá en Europa. En los primeros nueve meses del año, las exportaciones chinas a la eurozona crecieron un 7,5%, alcanzando los 369.041 millones de dólares. Este factor podría ser clave para una futura desinflación en Europa, especialmente si se mantienen los bajos precios del crudo.

Aunque «la UE sigue siendo la alternativa natural» para las exportaciones chinas desviadas, ahora se suma un factor crítico: «las empresas chinas ya están presentes y tienen infraestructura» en territorio europeo.

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