China acumula una montaña de pasta de tomate tras el colapso de sus exportaciones a Italia

El dramático desplome de las importaciones italianas marca un punto de inflexión en el comercio alimentario global.
19/11/2025
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Una crisis sin precedentes sacude el mercado internacional del tomate. China se encuentra con un excedente masivo de pasta de tomate después de que sus exportaciones a Italia se desplomaran de forma espectacular durante 2025, una situación que refleja las crecientes tensiones entre consideraciones económicas, derechos humanos y proteccionismo comercial.

El colapso de las exportaciones

Las cifras hablan por sí solas: las exportaciones chinas de pasta de tomate a Italia se desplomaron desde más de 75 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2024 a menos de 13 millones de dólares en el mismo período de 2025. Esta caída vertiginosa ha dejado a China con un inventario estimado entre 600.000 y 700.000 toneladas de pasta de tomate sin vender, una montaña roja que representa un dolor de cabeza económico y logístico de enormes proporciones.

Varios factores convergieron para provocar este colapso comercial. En primer lugar, las autoridades italianas intensificaron las inspecciones sobre la procedencia de la pasta de tomate china, enfocándose particularmente en las preocupaciones sobre la transparencia de la cadena de suministro y las condiciones laborales asociadas con los productores de Xinjiang, la región donde se concentra la industria tomatera china. Esta área ha estado bajo el escrutinio internacional por presuntas violaciones de derechos humanos contra la población uigur.

Paralelamente, la asociación agrícola italiana Coldiretti lideró una campaña de alto perfil para defender lo que consideran un alimento nacional emblemático contra la avalancha de pasta china, cuyo precio era menos de la mitad del producto elaborado con tomates cultivados por agricultores italianos. Francesco Mutti, director ejecutivo de una importante empresa italiana de ingredientes de tomate, calificó este desarrollo como «una victoria importante».

El cambio en el sentimiento del mercado

Los importadores reportan que el riesgo reputacional se ha vuelto demasiado grande. Los restaurantes y consumidores formulan preguntas más exigentes sobre la procedencia de los productos, mientras que los minoristas no quieren controversias en sus estantes. Esta transformación en la percepción pública ha resultado más efectiva que cualquier barrera arancelaria.

El impacto devastador

Las consecuencias para China han sido dramáticas: el país redujo a más de la mitad el volumen de fruta procesada, pasando de 11 millones de toneladas en 2024 a unas 3,7 millones de toneladas esperadas en 2025. Este exceso de oferta ha debilitado el poder de fijación de precios de China en los mercados globales, y la crisis se extiende más allá de lo económico, planteando preocupaciones estratégicas sobre la posición del gigante asiático en las cadenas de suministro alimentario mundiales.

Lo que comenzó como una disputa comercial sobre pasta de tomate se ha convertido en un caso de estudio sobre cómo las preocupaciones éticas, el nacionalismo económico y la presión de los consumidores pueden remodelar rápidamente los flujos comerciales globales, dejando a uno de los mayores productores mundiales literalmente ahogado en su propio producto.

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