España importa casi 4.000 millones en materias primas estratégicas

El 83% del cobre proviene de América Latina, mientras que China lidera el suministro de cinco elementos críticos para la transición energética.
15/11/2025
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España destinó 3.884 millones de euros a la importación de materias primas estratégicas durante 2024, una cifra que representa apenas el 0,9% del total de las importaciones de bienes del país. Sin embargo, detrás de este porcentaje aparentemente modesto se esconde una dependencia estructural que podría condicionar el futuro industrial y energético español.

El cobre se erige como el gran protagonista de estas compras estratégicas, acaparando el 83% del total importado. Le sigue a distancia considerable el níquel, que representa el 9% de las adquisiciones. El resto de materiales —platino (2%), boro, manganeso y silicio (1% cada uno)— tienen un peso marginal en el conjunto de importaciones.

Dependencia extracomunitaria y el factor chino

La Unión Europea apenas cubre el 17% de las necesidades españolas de materias primas estratégicas. El 83% restante llega desde países terceros, lo que dibuja un mapa de dependencias geopolíticas complejo y diversificado.

China emerge como el proveedor dominante en cinco de las dieciséis materias primas estratégicas que España necesita: bismuto, germanio, magnesio, silicio y tungsteno. En el caso del germanio y el tungsteno, el gigante asiático controla más de la mitad de las importaciones españolas, consolidando su posición como potencia indispensable en sectores tecnológicos avanzados.

Otros países ocupan posiciones destacadas en materias específicas: Reino Unido lidera el suministro de galio y platino, aunque las estadísticas revelan una realidad más compleja. El galio británico, en realidad, procede probablemente de distribuidores que lo adquieren en China, evidenciando las limitaciones de los datos aduaneros para rastrear el origen real de estos materiales críticos.

Turquía domina el mercado del boro, Bélgica el del cobalto procesado, Madagascar el grafito, Argentina el litio, Sudáfrica el manganeso, Malasia las tierras raras y Estonia el titanio procesado. Cada país se ha especializado en un nicho particular de este tablero estratégico global.

América Latina, socio confiable

El peso abrumador del cobre en la balanza comercial de materias primas estratégicas coloca a América Latina en el centro de la ecuación española. Chile, Perú e Indonesia son, por este orden, los principales suministradores globales del país.

Esta dependencia latinoamericana, lejos de representar un riesgo, constituye una ventaja geopolítica. Países como Chile, Colombia y Perú mantienen posturas políticas alineadas con la Unión Europea, lo que reduce considerablemente la probabilidad de disrupciones en el suministro motivadas por conflictos diplomáticos o estratégicos.

Un futuro entre dos realidades

Los datos de 2024 reflejan una España con dos caras en materia de aprovisionamiento estratégico. Por un lado, goza de estabilidad en el suministro de cobre y níquel gracias a socios americanos confiables. Por otro lado, mantiene una dependencia preocupante de China en materiales críticos para sectores de alta tecnología y la transición energética.
Esta dualidad plantea un desafío para los próximos años: mientras el grueso de las importaciones parece asegurado, la dependencia china en materiales tecnológicos clave podría convertirse en un punto de vulnerabilidad en un contexto geopolítico cada vez más fragmentado.

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