La relación México-Canadá ante la revisión del T-MEC

¿El retorno al bilateralismo le sienta bien a la relación México-Canadá?
08/11/2025
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El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) incluye una cláusula de revisión en 2026, seis años después de su entrada en vigor. Este mecanismo, diseñado para evaluar el funcionamiento del acuerdo y decidir su continuidad, abre una ventana de oportunidad pero también de incertidumbre para la relación trilateral de América del Norte.

En medio de este proceso, surge una pregunta estratégica: ¿debería México fortalecer sus lazos bilaterales con Canadá como alternativa o complemento al esquema trilateral?

La relación comercial México-Canadá en cifras

Aunque Estados Unidos domina el comercio exterior de ambos países, la relación México-Canadá ha mostrado dinamismo propio:

Intercambio comercial creciente: El comercio bilateral ha crecido significativamente en las últimas dos décadas, aunque sigue representando una fracción menor comparada con los flujos que cada país mantiene con Estados Unidos. México se ha consolidado como uno de los principales socios comerciales de Canadá en América Latina.

Complementariedad sectorial: Canadá exporta principalmente materias primas, maquinaria, tecnología agrícola y pulpa de papel hacia México. Por su parte, México envía vehículos, autopartes, productos electrónicos, alimentos procesados y manufacturas ligeras hacia el mercado canadiense.

Inversión bidireccional: Las empresas canadienses tienen presencia significativa en sectores como minería, servicios financieros y energía en México. La inversión mexicana en Canadá, aunque menor, ha crecido en áreas específicas como alimentos y bebidas.

Ventajas del enfoque bilateral

Menor complejidad política: Un acuerdo bilateral evitaría las tensiones que históricamente ha generado la posición dominante de Estados Unidos en las negociaciones trilaterales, permitiendo agendas más enfocadas en intereses mutuos específicos.

Diversificación estratégica: Para México, fortalecer lazos con Canadá reduce la dependencia excesiva del mercado estadounidense. Para Canadá, profundizar la relación con México ofrece acceso a un mercado dinámico y una puerta hacia América Latina.

Alineación en valores: Ambos países comparten posiciones similares en temas como multilateralismo, cambio climático y diversidad, lo que facilita la construcción de consensos más allá del comercio.

Los desafíos del bilateralismo

Escala limitada: El tamaño relativo de ambas economías y su dependencia compartida del mercado estadounidense limita el potencial transformador de un acuerdo puramente bilateral. Estados Unidos representa aproximadamente el 80% del comercio exterior de México y cerca del 75% del de Canadá.

Integración de cadenas de valor: Las cadenas productivas norteamericanas, especialmente en automotriz y manufactura avanzada, están profundamente integradas de manera trilateral. Desacoplar estas relaciones resultaría costoso y complejo.

Riesgo de fragmentación: Un giro excesivo hacia el bilateralismo podría debilitar el proyecto de integración regional, reduciendo el poder de negociación conjunto frente a otros bloques comerciales como la Unión Europea o Asia-Pacífico.

Los datos sugieren que el bilateralismo México-Canadá no debe verse como sustituto sino como complemento del marco trilateral. La estrategia óptima implica:

  • Profundizar la relación bilateral en sectores donde exista complementariedad natural y menor dependencia de cadenas trilaterales
  • Mantener la integración trilateral en industrias donde las sinergias regionales generan ventajas competitivas globales
  • Coordinar posiciones entre México y Canadá para fortalecer su capacidad de negociación dentro del T-MEC frente a potenciales presiones estadounidenses

La revisión del T-MEC en 2026 no debería ser vista únicamente como un ejercicio de actualización técnica, sino como una oportunidad para que México y Canadá reconozcan y fortalezcan su relación bilateral dentro de un marco regional más equilibrado y resiliente. La pregunta no es si el bilateralismo le sienta bien a esta relación, sino cómo aprovecharlo estratégicamente sin sacrificar los beneficios de la integración norteamericana.

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