Zonas Francas Latinoamericanas impulsan el 6,6% del PBI en la región

800 parques industriales que generan un millón y medio de empleos y 64.072 millones de dólares de exportaciones.
05/11/2025
2 minutos de lectura

Las zonas francas de América Latina se han consolidado como verdaderos epicentros de desarrollo económico, trascendiendo su rol tradicional de simples enclaves con beneficios tributarios. Con más de 800 parques industriales que albergan a más de 11.000 empresas de sectores diversos, estos espacios han demostrado ser catalizadores fundamentales para el crecimiento sostenible de la región.

Un impacto sin precedentes en el empleo formal

El régimen de zonas francas genera cerca de 1.5 millones de empleos directos y formales en toda la región, con una característica distintiva: los salarios ofrecidos superan, por lo general, el promedio nacional de sus respectivos países. Esta contribución al mercado laboral formal representa no solo una fuente de ingresos para millones de familias, sino también un impulso significativo a la formalización económica en países donde la informalidad sigue siendo un desafío estructural.

Los resultados económicos del modelo de zonas francas son contundentes. Las exportaciones generadas desde estos parques industriales alcanzaron los 64.072 millones de dólares, posicionándose como un sector clave en el comercio exterior regional. Además, la inversión acumulada de 36.536 millones de dólares, refleja la confianza del sector privado en este esquema como plataforma para sus operaciones internacionales.

Quizás el dato más revelador sea su contribución al Producto Interno Bruto: en promedio, las zonas francas aportan un 6,6% del PBI de sus países, una cifra que subraya su importancia estratégica para las economías nacionales.

De incentivos fiscales a ecosistemas de competitividad

El éxito de las zonas francas latinoamericanas no se debe únicamente a los beneficios fiscales y arancelarios que ofrecen, aunque estos sigan siendo un factor importante. La evolución del modelo ha demostrado que estos incentivos, por sí solos, resultan insuficientes en el contexto económico actual.

Lo que realmente diferencia a las zonas francas exitosas de la región es su transformación en ecosistemas integrales de competitividad. Estos espacios funcionan ahora como verdaderos polos de atracción de inversión que ofrecen infraestructura de clase mundial, servicios especializados, capital humano calificado, conectividad logística avanzada y un entorno propicio para la innovación y el desarrollo empresarial.

El desafío de la competitividad integral

El futuro de las zonas francas en América Latina dependerá de su capacidad para continuar evolucionando más allá del modelo tradicional. Los factores diferenciales incluyen:

  • Infraestructura tecnológica avanzada que permita la digitalización de procesos y la implementación de modelos de industria 4.0
  • Sostenibilidad ambiental como eje transversal de desarrollo
  • Programas de capacitación continua para elevar la cualificación de la mano de obra
  • Integración a cadenas globales de valor con enfoque en sectores de alta tecnología
  • Servicios especializados que agreguen valor a las operaciones empresariales

Las zonas francas latinoamericanas han demostrado ser mucho más que áreas con privilegios tributarios: son verdaderos hábitats competitivos del sistema empresarial regional, espacios donde convergen inversión, innovación y desarrollo económico. Su consolidación como referente en atracción de capitales y generación de empleo formal las posiciona como instrumentos indispensables en la estrategia de desarrollo de América Latina para las próximas décadas.

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