El Banco Mundial anticipó una nueva caída del 7% en los precios de las materias primas durante 2025, con una proyección similar para 2026, lo que consolidaría el cuarto año consecutivo de retrocesos en este mercado. El pronóstico, incluido en el informe «Perspectivas de los mercados de materias primas», responde a la persistente debilidad de la economía global y a la creciente volatilidad climática que afecta la producción mundial.
El documento advierte sobre un riesgo adicional que podría alterar drásticamente el panorama: un fenómeno de La Niña más intenso de lo esperado hacia finales de 2025 o principios de 2026. Según el análisis, esta situación climática provocaría condiciones más cálidas y secas en las principales regiones productoras de alimentos, incluyendo Argentina, el sur de Brasil y la costa del golfo de Estados Unidos.
El impacto sería directo sobre cultivos fundamentales como maíz, trigo y soja, cuya producción podría verse severamente afectada, generando paradójicamente un incremento de precios superior al proyectado inicialmente. Esta volatilidad climática representa un factor de incertidumbre crucial para las proyecciones económicas del sector.
Soja: estabilidad en medio de tensiones comerciales
A pesar de encontrarse en el epicentro de las restricciones comerciales entre las principales economías mundiales, los analistas del Banco Mundial prevén que el precio de la soja se mantendrá relativamente estable durante 2026 y 2027. Actualmente cotizando alrededor de USD 400 por tonelada en el mercado de Chicago, la oleaginosa enfrenta una dinámica particular.
Las proyecciones indican que los menores precios reducirán la superficie cultivada en Estados Unidos, mientras que Brasil continúa expandiendo agresivamente su área destinada a este cultivo. Esta redistribución geográfica de la producción podría impactar directamente en la competitividad argentina.
Las restricciones comerciales que limitaron las exportaciones estadounidenses a China durante el período reciente favorecieron temporalmente a los productores argentinos y brasileños, generando una brecha significativa entre los valores de referencia en ambos mercados. Sin embargo, esta ventaja podría revertirse ante cambios en la política comercial internacional.
Tendencias en otros sectores
El sector agrícola mundial muestra una tendencia general a la baja en los precios, especialmente en cereales como arroz, trigo y maíz, debido a la abundante oferta global. Esta situación, si bien reduce los ingresos de los productores, contribuye a contener las presiones inflacionarias en los mercados consumidores.
En el sector energético, los precios del petróleo continuarán descendiendo debido al exceso de oferta que presiona el mercado, contribuyendo a la desinflación global en 2026. Los metales y minerales se mantendrían estables, mientras que los metales preciosos registrarían un incremento del 5% tras un repunte histórico cercano al 40% en 2025, impulsado por la demanda de inversión en contextos de incertidumbre.
El café se mantiene cerca de máximos históricos alcanzados a principios de 2025, tras problemas climáticos que afectaron la producción mundial. Los fertilizantes, por su parte, subieron un 19% en los primeros nueve meses de 2025, impulsados por fuerte demanda, restricciones comerciales y déficits de producción, erosionando los márgenes de muchos productores agrícolas.
El informe identificó múltiples riesgos que podrían modificar sustancialmente estas proyecciones. Entre los factores que podrían acentuar la caída de precios se encuentran un crecimiento global más débil de lo esperado, una prolongación de la incertidumbre económica y un exceso adicional de oferta petrolera.