El primer ministro australiano Anthony Albanese y el presidente estadounidense Donald Trump firmaron un «marco» de acuerdo por valor de 8.500 millones de dólares para desarrollar proyectos relacionados con minerales críticos y elementos de tierras raras, marcando un hito significativo en la cooperación bilateral entre ambas naciones.
Los dos líderes además abordaron cuestiones militares estratégicas y demás temas comerciales de interés bilateral. La reunión subrayó la profundidad de la alianza entre Estados Unidos y Australia en un momento de creciente competencia geopolítica.
Este acuerdo cobra especial relevancia en el contexto actual de restricciones impuestas a los exportadores chinos hacia Estados Unidos, lo que abre una ventana de oportunidad significativa para Australia. El país oceánico posee las cuartas reservas más grandes del mundo de estos minerales y elementos, concentradas principalmente en tres regiones clave: Australia Occidental, el Territorio del Norte y Australia del Sur.
La firma de este marco de cooperación representa un movimiento estratégico para ambos países. Para Estados Unidos, significa diversificar sus fuentes de suministro de materiales críticos y reducir su dependencia de China, que actualmente domina el mercado global de tierras raras. Para Australia, representa una oportunidad económica excepcional para desarrollar su sector minero y fortalecer sus lazos comerciales con su principal aliado estratégico.
¿Qué son las tierras raras?
Los minerales de tierras raras constituyen un grupo de 17 elementos químicos esenciales para la fabricación de productos electrónicos modernos, incluyendo aplicaciones cruciales para la industria de defensa, tecnología aeroespacial, energías renovables y telecomunicaciones. Estos elementos son fundamentales en la producción de smartphones, computadoras, vehículos eléctricos, turbinas eólicas, sistemas de misiles guiados y una amplia gama de tecnologías avanzadas.
Con este acuerdo, Estados Unidos y Australia refuerzan su alianza en un área crítica para la seguridad nacional y el desarrollo tecnológico, al tiempo que sientan las bases para una mayor independencia económica frente a competidores geopolíticos en el mercado global de minerales estratégicos.
