El mercado del coco está experimentando una transformación sin precedentes. Con un valor de 16.700 millones de dólares en 2024, las proyecciones indican que alcanzará los 17.920 millones de dólares en 2025 y los 19.230 millones en 2026, representando una tasa de crecimiento anual del 7,3%. Sin embargo, detrás de estas cifras optimistas se esconde una realidad más compleja: la industria enfrenta una crisis de oferta que está disparando los precios a niveles históricos.
El boom del agua de coco envasada
Uno de los segmentos más dinámicos del mercado es el agua de coco envasada, que experimenta un crecimiento explosivo. Valorado en 4.339 millones de dólares en 2024, se proyecta que alcance 5.397 millones de dólares en 2025 y escale hasta 30.892 millones de dólares para 2033, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 24,37%. Esta bebida natural ha capturado la atención de los consumidores que buscan alternativas saludables a los refrescos azucarados y las bebidas energéticas artificiales.
El aceite de coco
El mercado de aceite de coco, otro derivado crucial, también está en plena expansión. El tamaño del mercado alcanzó un volumen de alrededor de 3,9 millones de toneladas en 2024. La innovación en productos a base de aceite de coco continúa impulsando el mercado.
Sin embargo, el panorama no es completamente favorable. Los precios del aceite de coco se han disparado, alcanzando niveles sin precedentes que están sacudiendo los mercados globales. Las reservas globales podrían cerrar la temporada 2025 en su nivel más bajo de los últimos cuatro años, según proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Vietnam ha emergido como una potencia exportadora en el mercado del coco. Las exportaciones de coco de Vietnam totalizaron 390 millones de dólares en 2024, un aumento del 61% en comparación con el año previo, según el Departamento General de Aduanas. Vietnam tiene 200.000 hectáreas de plantaciones de coco con un tercio de ellas certificadas como orgánicas, principalmente en el centro del país y el Delta del Mekong. Esta certificación orgánica le otorga una ventaja competitiva significativa en mercados premium. La industria está bien posicionada en el mercado internacional, siendo el cuarto mayor exportador en Asia-Pacífico y el quinto en el mundo.
La crisis climática golpea la producción global
A pesar del optimismo del mercado, la industria enfrenta desafíos sin precedentes. Filipinas, el mayor productor mundial de cocos, prevé una disminución del 20% en su producción durante 2025. Sequías prolongadas y ciclones tropicales afectaron severamente las plantaciones, sobre todo en las zonas costeras del sur del país.
Los precios han reaccionado dramáticamente a esta escasez. Los precios del aceite de coco se duplicaron desde 2023 y alcanzaron los 2.658 dólares por tonelada, el nivel más alto en tres años.
La producción mundial de coco continúa concentrada en el sudeste asiático. Indonesia mantiene su liderazgo como el principal productor global, seguido de cerca por Filipinas e India, que juntos representan aproximadamente el 73% de la producción mundial.
La revolución plant-based impulsa la demanda
El auge del veganismo y la alimentación plant-based está transformando el mercado de derivados del coco. Los consumidores están rechazando cada vez más los ingredientes sintéticos presentes en alimentos, bebidas y productos de cuidado personal, optando por alternativas completamente naturales.
La leche de coco, la harina de coco y el aceite de coco se han consolidado como ingredientes fundamentales en la elaboración de productos plant-based, ofreciendo textura, sabor y valor nutricional excepcionales. Esta tendencia no se limita a la alimentación: la industria del cuidado personal también está experimentando una demanda significativa de productos a base de coco, con jabones, humectantes, lociones y champús ganando popularidad por sus propiedades hidratantes y su origen natural.
Los principales mercados de destino
Los destinos de exportación revelan la geografía del consumo global de coco. China Continental continúa siendo el principal importador mundial, alimentado por el creciente apetito del mercado chino por productos naturales y saludables. Estados Unidos representa otro mercado crucial, especialmente para productos procesados como aceite de coco, leche de coco y agua de coco.
Los Países Bajos, sin ser productor primario, se han consolidado como un importante centro de re-exportación y procesamiento, funcionando como gateway para el mercado europeo. Alemania, con su sofisticada industria alimentaria y de cuidado personal, también figura entre los principales importadores.
La certificación orgánica está ganando terreno, con países como Vietnam liderando la transformación hacia prácticas agrícolas más sostenibles. Las empresas líderes, incluyendo Vita Coco, Zico y Harmless Harvest, están invirtiendo en abastecimiento sostenible y envases innovadores para capturar participación de mercado.
La economía circular también está ganando impulso, con esfuerzos para valorizar subproductos del coco que tradicionalmente se desechaban. La cáscara, utilizada por sus fibras fuertes, y otros componentes están encontrando nuevos usos en industrias diversas, desde textiles hasta materiales de construcción.
El año 2025 será crucial para definir el futuro de la industria del coco. Con una demanda que no muestra signos de desaceleración y una oferta cada vez más restringida por factores climáticos y estructurales, los precios probablemente continuarán bajo presión.
Los consumidores deberán adaptarse a precios más altos, mientras que los productores enfrentan el desafío de aumentar la productividad de manera sostenible. La industria está en una encrucijada: debe encontrar el equilibrio entre satisfacer la creciente demanda global y garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las plantaciones.