En los próximos años, 80 billones de dólares pasarán a manos de nuevos propietarios

El poder económico se redistribuira hacia nuevas generaciones con prioridades diferentes en sostenibilidad e inversión a largo plazo
19/10/2025
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Un fenómeno sin precedentes está en marcha: durante las próximas dos décadas, más de 80 billones de dólares en riqueza se transferirán a nuevos propietarios en todo el mundo. Esta cifra monumental equivale a tres años completos de inversión global en capital fijo y promete transformar radicalmente el panorama financiero internacional.

La llamada «Transferencia de Riqueza» no es un evento uniforme. Se concentra principalmente en Estados Unidos, Reino Unido, Europa y Japón, economías donde generaciones anteriores acumularon vastas fortunas durante décadas de crecimiento sostenido. En contraste, regiones como Asia experimentaron su rápida industrialización más recientemente, lo que significa que la riqueza allí fue generada por generaciones más jóvenes y, por lo tanto, esta transición demográfica llegará más tarde.

Aunque la mayor parte de esta riqueza permanecerá en manos privadas, los gobiernos no observarán pasivamente. Con la deuda pública de los países de la OCDE superando el 110% del PIB y las tensiones sociales derivadas de la Cuarta Revolución Industrial exigiendo mayores redes de protección, es inevitable que los Estados intenten capturar una porción de esta transferencia masiva.

Ya sea mediante represión financiera o tributación directa, cualquier movilización de recursos privados hacia las arcas públicas tendrá consecuencias. Las oficinas familiares, que actualmente destinan más de una quinta parte de sus carteras al capital privado —proporción notablemente superior a la de inversores institucionales—, podrían ver cómo aumenta relativamente el costo de este tipo de inversión frente a otras alternativas.

Uno de los cambios más significativos será el aumento del control femenino sobre la riqueza mundial. Se estima que aproximadamente 9 billones de dólares se transferirán «horizontalmente» a parejas femeninas de los creadores de riqueza, además de la herencia intergeneracional que también favorece cada vez más la equidad de género. 

Este cambio no es meramente estadístico. Las mujeres inversoras exhiben patrones de comportamiento marcadamente diferentes: son menos emocionales en sus decisiones financieras, investigan más antes de comprometer fondos, mantienen mayor convicción una vez decididas y son menos propensas a cambiar de estrategia ante la volatilidad del mercado. Tienden más al ahorro en depósitos y destinan una menor proporción de su riqueza a activos financieros.

Millennials y Generación Z: el empuje hacia la sostenibilidad

El cambio generacional introduce otra variable fundamental. Los inversores más jóvenes y las mujeres han demostrado tradicionalmente mayor interés en inversiones basadas en sostenibilidad, diversidad y gobierno corporativo (ESG). Las preferencias por ESG aumentan notablemente de la generación boomer a la Generación X, y esta tendencia se intensifica aún más con los millennials y la Generación Z.

Aproximadamente el 90% de los inversores de estas generaciones más jóvenes desean que su dinero se utilice para influir en las acciones ambientales de las empresas. A menos que ocurra un cambio radical en estas percepciones, la Gran Transferencia de Riqueza debería orientar las prioridades de inversión de manera que reduzca el costo de capital para la transición verde y proyectos sostenibles.

Quienes asuman el control de estos 80 billones de dólares ejercerán una influencia determinante sobre la orientación del financiamiento empresarial en la economía global. Sus decisiones afectarán directamente el costo relativo del capital para distintos proyectos y, en consecuencia, la estructura misma del crecimiento económico mundial.

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