Arancel del 25% a camiones pesados pone en jaque el nearshoring

La medida de EE.UU., vigente desde noviembre, impactará en el comercio bilateral y elevará costos logísticos
11/10/2025
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El presidente Donald Trump anunció la imposición de un arancel del 25% a las importaciones de camiones medianos y pesados, una medida que busca proteger a los fabricantes estadounidenses pero que podría alterar profundamente las cadenas de suministro entre Estados Unidos y México.

«A partir del 1 de noviembre de 2025, todos los camiones medianos y pesados que ingresen a Estados Unidos desde otros países serán gravados con una tarifa del 25%», escribió el mandatario en su red social Truth Social. La decisión se ampara en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial, que permite aplicar gravámenes a bienes considerados críticos para la seguridad nacional. 

Aunque la administración argumenta que la acción apunta a «proteger a nuestros grandes fabricantes de camiones pesados de la competencia exterior injusta», como señaló Trump, la medida golpea directamente a México, principal proveedor de este segmento para el mercado estadounidense.

Según la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), México exportó en 2024 un total de 159.466 camiones pesados, de los cuales el 95,5% tuvieron como destino Estados Unidos. Entre los fabricantes instalados en territorio mexicano figuran Freightliner, Kenworth, Navistar, Scania, Volkswagen Buses y Daimler Buses México.

El impacto será significativo porque el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) sólo garantiza libre comercio a los vehículos que cumplan con estrictas reglas de origen. Estas exigen que al menos el 64% del valor del camión —con incremento gradual hasta 70% en los próximos años— provenga de Norteamérica, además de requerir 75% de contenido regional en componentes clave como motores y transmisiones. Los vehículos que no alcancen esos umbrales quedarán sujetos al nuevo arancel del 25%, incluso si proceden de países socios del acuerdo.

El sector automotriz regional teme un efecto dominó sobre costos y competitividad. El encarecimiento de los camiones utilizados para transporte, construcción y servicios municipales podría elevar los costos logísticos y dificultar la reposición de flotas en todo el continente.

El anuncio llega justo cuando México intenta consolidarse como plataforma de nearshoring para abastecer el mercado estadounidense. Los nuevos aranceles cuestionan la previsibilidad del marco del T-MEC y podrían desincentivar inversiones orientadas a la exportación automotriz, pilar de la estrategia industrial mexicana.

El comercio de camiones medianos y pesados entre ambos países superó los US$20.000 millones en 2024, según datos del Departamento de Comercio. Si una parte significativa de esos flujos queda sujeta al 25% adicional, el diferencial de costos podría reconfigurar la logística regional, favoreciendo la producción doméstica estadounidense en detrimento de los centros manufactureros del norte de México.

Además, el uso de la Sección 232 para ampliar aranceles a sectores específicos sienta un precedente de incertidumbre regulatoria, en momentos en que continúan activas investigaciones sobre paneles solares, semiconductores, minerales críticos y maquinaria industrial.

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