Las cadenas de suministro globales han sido durante décadas un pilar fundamental para la cooperación interestatal en la región Asia-Pacífico. Sin embargo, acontecimientos como la invasión rusa a Ucrania y el alineamiento estratégico de China con Rusia han acelerado la utilización de estas cadenas como herramientas de gobernanza económica coercitiva.
La hiperdependencia en el modelo «Asia manufacturera», que conforma una red densamente interconectada en la producción regional, ha expuesto a los países a riesgos geopolíticos crecientes. Las disputas comerciales entre Estados Unidos y China, la pandemia global y el auge de los nacionalismos han evidenciado la fragilidad de estas cadenas, las mismas que antes se concebían como motores de interdependencia y prosperidad, y que hoy son objeto de presiones nacionalistas y estrategias orientadas a la autonomía económica.
Un aspecto clave es que la competencia estratégica entre las grandes potencias ha incentivado una reconfiguración de las cadenas productivas, fomentando iniciativas para fortalecer la resiliencia ante eventuales interrupciones. Tanto Washington como Pekín aplican una combinación de incentivos, sanciones y regulaciones para atraer o desalentar la localización de segmentos críticos de la producción en sus territorios.
No obstante, la profunda interdependencia entre economía y tecnología impide una fragmentación total de estas redes, la cual resultaría inviable y contraproducente. Por ello, las políticas que busquen equilibrar una autonomía estratégica con la preservación de la apertura internacional, basadas en la diversificación, la innovación y la cooperación transfronteriza, serán fundamentales para mitigar la volatilidad geopolítica actual.
El desafío para la región consiste en adaptar sus políticas públicas de manera que garanticen simultáneamente la seguridad y la prosperidad económica en un entorno global cada vez más incierto y volátil. Asia-Pacífico deberá navegar un delicado equilibrio entre competencia y cooperación, autonomía y apertura, para enfrentar los desafíos del presente y del futuro cercano.