El oro marca nuevos récords en julio 2025

Bancos centrales y fondos institucionales lideran una demanda histórica que eleva el metal precioso por encima de los $3,300 por onza
30/07/2025
2 minutos de lectura

El mercado del oro atraviesa uno de sus momentos más espectaculares en la historia moderna. En julio de 2025, el metal ha consolidado ganancias extraordinarias del 38.99% comparado con el mismo período del año pasado, cotizando alrededor de los $3,309 por onza al cierre del 28 de julio. Esta performance excepcional no es casualidad, sino el resultado de una guerra silenciosa entre los grandes jugadores del mercado global que han convertido al oro en el activo refugio más codiciado del momento. La demanda institucional ha alcanzado niveles nunca antes vistos, encabezada por una alianza poco convencional entre bancos centrales de mercados emergentes y gigantes fondos de inversión occidentales. Esta convergencia de intereses ha creado una tormenta perfecta que mantiene los precios en máximos históricos y promete seguir impulsándolos hacia territorios inexplorados.

Los bancos centrales emergen como la nueva guardia dorada del mercado aurífero, redefiniendo completamente las reglas del juego. Polonia encabeza esta revolución dorada con compras masivas de 90 toneladas durante 2025, seguido de cerca por Turquía con 75 toneladas e India con 73 toneladas. China, el gigante asiático, ha reportado oficialmente 44 toneladas en compras, aunque los analistas sospechan que las cifras reales podrían ser significativamente mayores. Esta fiebre compradora no se limita a las grandes potencias, ya que Uzbekistán y Kazajstán han mantenido un ritmo constante de adquisiciones durante los primeros meses del año, demostrando que la estrategia de diversificación de reservas trasciende fronteras geográficas y sistemas económicos.

Los bancos centrales han acelerado el ritmo de compras hasta niveles que promedian 710 toneladas por trimestre, según proyecciones de J.P. Morgan. El fenómeno resulta aún más llamativo cuando se considera que estas instituciones continúan comprando oro masivamente incluso con precios en máximos históricos. Esta conducta sugiere motivaciones estratégicas de largo plazo que van más allá de consideraciones puramente financieras, incluyendo la búsqueda de independencia del sistema monetario internacional basado en el dólar estadounidense.

En el frente institucional privado, los fondos cotizados han emergido como los vehículos favoritos para canalizar la demanda masiva de oro. El SPDR Gold Shares se mantiene como el rey indiscutido del mercado con una capitalización aproximada de $100.3 mil millones, consolidándose como uno de los ETFs más líquidos y grandes del mundo. Su popularidad radica en ofrecer exposición directa al oro físico sin las complicaciones logísticas del almacenamiento. El iShares Gold Trust y el VanEck Vectors Gold Miners ETF completan el podio de los grandes jugadores institucionales, canalizando flujos masivos de capital tanto de inversores individuales como institucionales. Los datos del World Gold Council revelan que los ETFs respaldados por oro físico han experimentado flujos de entrada continuos durante los primeros meses de 2025, con particular fortaleza en los mercados asiáticos y norteamericanos.

La extraordinaria demanda de oro en 2025 refleja tensiones geopolíticas profundas que trascienden las consideraciones puramente económicas. La incertidumbre geopolítica y económica permanece elevada, impulsando a las instituciones hacia activos que han demostrado mantener su valor a través de crisis históricas.

Los analistas de J.P. Morgan proyectan que los precios alcanzarán un promedio de $3,675 por onza en el cuarto trimestre de 2025, con una trayectoria hacia los $4,000 para mediados de 2026. Estas proyecciones se sustentan en la expectativa de que la demanda tanto de bancos centrales como de inversores institucionales se mantenga robusta durante el resto del año. 

La confluencia de factores macroeconómicos, tensiones geopolíticas y la búsqueda de diversificación monetaria ha creado un escenario donde el oro no solo mantiene su estatus tradicional de refugio, sino que se ha transformado en una herramienta de política monetaria estratégica. Los grandes jugadores han hablado, y su mensaje es claro: el oro seguirá brillando en 2025, respaldado por una demanda institucional sin precedentes que promete mantener los precios en territorio récord durante los próximos meses.

NOTICIAS RELACIONADAS

No te pierdas