El mercado mundial del trigo muestra signos de estabilización para el período 2025-2026, según las últimas proyecciones de organismos internacionales. La producción global se mantendrá en torno a las 795 millones de toneladas en 2025, cifra que refleja un equilibrio entre las caídas registradas en algunos países productores y los incrementos observados en otras regiones.
Rusia ha consolidado su posición como el principal exportador mundial de trigo, enviando aproximadamente 50 millones de toneladas métricas durante la campaña 2023/24. Para 2025, se estima que el país mantendrá su liderazgo con exportaciones proyectadas en 45 millones de toneladas, a pesar de las tensiones geopolíticas que han marcado los últimos años.
El ranking de los principales exportadores mundiales se completa con la Unión Europea en segunda posición, seguida por Canadá en el tercer lugar. Australia y Estados Unidos completan el grupo de los cinco mayores proveedores globales del cereal.
Las perspectivas para el bienio 2025-2026 muestran un panorama de reequilibrio geográfico en la producción. Mientras que se observan incrementos significativos en países como Australia, Kazajistán y Estados Unidos, estas mejoras compensan las caídas previstas en Rusia y algunos países de la Unión Europea.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) elevó en julio sus pronósticos para la producción mundial de cereales en 2025, incrementándolos en 14 millones de toneladas (un 0,5 por ciento) respecto de estimaciones anteriores, principalmente debido a mejores perspectivas para el trigo.
Un dato relevante es que China, siendo el mayor productor mundial de trigo en 2023/2024, destina la mayor parte de su cosecha al consumo interno, por lo que no figura entre los principales exportadores. Esta característica del mercado chino subraya la importancia de los países exportadores tradicionales para abastecer la demanda global.
El mercado internacional del trigo enfrenta el desafío de mantener la estabilidad de precios y suministros en un contexto de creciente demanda mundial y cambios climáticos que afectan la producción. Los analistas señalan que la diversificación geográfica de las exportaciones será clave para garantizar la seguridad alimentaria global en los próximos años.