Stephen Miran y su intento de redefinir el comercio internacional

El arquitecto de la confrontación comercial y los aranceles recíprocos.
14/07/2025
2 minutos de lectura

Stephen Miran, es un economista estadounidense de 41 años, formado en la Universidad de Boston y con un doctorado en Harvard. Durante el primer mandato de Trump, fue asesor del Departamento del Tesoro, donde contribuyó a la creación de las políticas económicas que definieron la administración. Hoy es presidente del Consejo de Asesores Económicos en esta segunda administración Trump, y ha emergido como una de las figuras más influyentes y polémicas en el debate sobre el futuro del comercio internacional. Su visión propone un cambio radical en las reglas que han regido la economía global durante décadas, cuestionando el papel central del dólar y la dinámica de la globalización.

Para Miran, el problema principal radica en la sobrevaloración del dólar estadounidense, causada por la demanda constante de esta moneda como reserva mundial. Esta situación, explica, encarece las exportaciones estadounidenses y acelera la desindustrialización del país, generando déficits comerciales crónicos. 

En sus palabras, “Estados Unidos no tiene déficits porque importe demasiado, sino que importa demasiado porque debe exportar bonos del Tesoro para mantener el sistema financiero global”.Miran ha argumentado que el sistema de comercio global actual es insostenible para Estados Unidos y que necesita una reestructuración fundamental donde otros países asuman una mayor carga de los costos del sistema que Estados Unidos ha estado financiando unilateralmente. Su enfoque sugiere una visión crítica del multilateralismo comercial tradicional

Como solución, Miran propone una ofensiva arancelaria sin precedentes con el fin de encarecer las importaciones, estimular la producción nacional y reducir el déficit comercial. Además, plantea la necesidad de una devaluación controlada del dólar, similar al histórico Acuerdo de Plaza de 1985, para mejorar la competitividad de las exportaciones y revitalizar la industria manufacturera estadounidense, especialmente en las regiones afectadas por la pérdida de empleos industriales.

Miran ha defendido consistentemente que los aranceles son una herramienta de reequilibrio económico global, argumentando que Estados Unidos debe cobrar por los servicios públicos globales que proporciona, especialmente el paraguas de seguridad y el sistema financiero basado en el dólar.

Más allá de la economía, Miran considera que la reindustrialización es clave para la seguridad nacional y la fortaleza militar de Estados Unidos. Su enfoque rechaza la idea de un comercio internacional separado de la geopolítica, proponiendo que el acceso al mercado estadounidense se utilice como una herramienta estratégica para presionar a otros países a adoptar prácticas comerciales más justas y contribuir de manera equitativa a la estabilidad global.

Las propuestas de Miran han generado un intenso debate. Mientras algunos expertos las ven como una respuesta necesaria a los desafíos de la globalización y la competencia desleal, otros advierten sobre los riesgos de una guerra comercial prolongada y la posible pérdida de confianza en el dólar, además se puede advertir el cambio de estrategia de estas últimas semanas donde se pasó en muchos casos de la negociación a la confrontación. El economista Paul Krugman, ganador del premio Nobel, ha cuestionado la viabilidad de su teoría, argumentando que se enfoca demasiado en los intereses de Estados Unidos y no tiene en cuenta las reacciones de los socios comerciales. Krugman advierte que una devaluación del dólar podría desencadenar una mayor desconfianza en la moneda estadounidense y acelerar la búsqueda de alternativas a esta.

La visión de Stephen Miran representa un punto de inflexión en la política económica estadounidense y podría redefinir el sistema comercial global de los próximos años. Su apuesta por el proteccionismo, la reindustrialización y la revisión del papel del dólar desafía décadas de integración económica y abre un nuevo capítulo en la historia del comercio internacional.

El resultado de este periodo de negociaciones arancelarias que transcurrirá durante todo el mes de julio, será determinante. Según Miran, cualquier vuelta drástica a aranceles elevados, dependerá en gran medida de los progresos alcanzados en las negociaciones. Quedan pocas semanas para la finalización del plazo, y todas las expectativas están puestas en cómo se adaptarán los actores globales a este nuevo equilibrio económico.

NOTICIAS RELACIONADAS

No te pierdas