Nos encontramos en un contexto global complicado: nos enfrentamos a un punto de inflexión, transformaciones aceleradas, cambios rápido/radicales, incertidumbre, transición… son términos que tratan de referirse al momento en el que nos encontramos, debido, entre otros, al cambio climático, la aparición de la IA y sus desafíos, la inmigración, el envejecimiento, la fragmentación geopolítica, el futuro de los jóvenes, la deuda, la polarización, los populismos, la guerra arancelaria, la lucha por las materias primas, la guerra en Ucrania, la guerra en Oriente Próximo, la desigualdad, crisis institucionales y de las democracias, se cuestionan Derechos Humanos que se suponían consolidados… Volvemos a una época de rivalidades múltiples donde se destaca la bipolarización entre China y EEUU. Ambas buscan la hegemonía internacional, bien por la vía de una alianza económica o bien por la vía militar. En este contexto, el ciudadano espera respuestas fiables y seguras.
Todo esto tiene efectos y consecuencias que reclaman que todos estos factores, no sólo sean descritos sino también entendidos, para ver en qué medida pueden afectar a la actividad comercial y empresarial. Analizar los riesgos que acarrea la geopolítica se ha convertido en una necesidad prioritaria y con ello, la demanda de Análisis de Inteligencia es cada vez más una tarea clave para la toma de decisiones. Las crisis no avisan, pero van dando señales.
Este mundo que nos está tocando vivir, es un mundo que se nos ha vuelto: complejo, contradictorio y donde los cambios se han acelerado. Y todo ello, provoca: vulnerabilidad, incertidumbre y nos vuelve indecisos. Para enfrentarnos a toda esta problemática, las empresas y las instituciones tienen que acometer una transformación radical en su forma de entender el cómo estar en este mundo y para ello es preciso implementar tareas propias del Análisis de Inteligencia: desarrollar una Cultura de Inteligencia empresarial que lo permita.
Ya no se pueden proporcionar respuestas simples a preguntas complejas. Nuestros grandes problemas van a girar en torno a cómo decidir bajo condiciones de incertidumbre y sin tener todas las certezas. Ya no sirve únicamente conocer lo que está pasando, es determinante entender lo que significa.
Adaptar y asumir el Análisis de Inteligencia Económica como una de las vías para tomar mejores decisiones adquiere una relevancia estratégica en un mundo donde impera la complejidad y la incertidumbre. Una Inteligencia Económica que nos lleve a tener en cuenta aspectos que van más allá del análisis financiero convencional y que nos lleve a considerar la geopolítica, los riesgos, la capacidad de anticiparse y a la incorporación de la IA como una herramienta más a tener en cuenta. Para hacer frente a la imprevisibilidad, el reto es capacitar a las empresas e instituciones en competencias de Análisis de Inteligencia. Es fundamental llegar bien preparado a esta nueva situación.
Ante las preguntas: ¿Cómo mantenerse y ser competitivo cuando todo cambia demasiado rápido y todo es tan complejo como ahora?, ¿Qué necesitaríamos hacer (entre otras cosas)?… Necesitaríamos comprender el mundo que nos rodea y para ello, necesitamos analizar: Analizar para entender, y entender el entorno para decidir mejor. Ya no se pueden proporcionar respuestas simples a preguntas complejas. Nuestros grandes problemas van a girar en torno a cómo decidir bajo condiciones de incertidumbre y sin tener todas las certezas. Ya no sirve únicamente conocer lo que está pasando, es determinante entender lo que significa.
Ante la cuestión de cómo hacer negocios en un lugar del mundo determinado… Lo primero que se necesita es conocer ese lugar (volverse local), significa que necesitamos entender a todas las partes involucradas (autoridades, regulaciones, competidores, clientes, proveedores, medioambiente, seguridad/inseguridad, tecnología…), es pensar globalmente para actuar localmente. Para ello el Análisis de Inteligencia es una herramienta fundamental a desarrollar.
En la actualidad, la información, los datos… se nos presentan desde muchos sitios y desde distintos campos, y también lo hacen las opiniones y las soluciones. En consecuencia, se necesitan análisis distintos para tomar decisiones distintas. El Análisis de Inteligencia (Económica y/o Comercial) es un analizar relacionando. Como nos recordó Maquiavelo: … cada vez es más urgente conocer los caminos que conducen al infierno, para evitarlos… Para evitar esos “caminos”, el acuerdo entre la UE y Mercosur ha adquirido un valor que no podemos ignorar, al constituirse en una plataforma de cooperación político-institucional entre las dos áreas con historias, culturas y desafíos comunes. En definitiva, podríamos decir que existen dos clases de empresas y directivos: los buenos que conocen bien lo que está pasando y los mejores que son los que realizan Análisis de Inteligencia y entienden lo que significa eso que está ocurriendo. Sin formación no hay buen Análisis de Inteligencia y sin un buen Análisis de Inteligencia (una buena Inteligencia Económica) no hay un buen negocio. Las empresas que quieran estar a la vanguardia de lo que demandan los nuevos tiempos, deberán estar dispuestos a invertir en la formación de Analistas de Inteligencia y en crear unidades de Inteligencia para hacer del conocimiento una ventaja competitiva.