Inversión extranjera directa en países en desarrollo: la peor caída en casi dos décadas

El Banco Mundial advierte que el aumento de barreras comerciales y la incertidumbre global amenazan la recuperación económica
23/06/2025
1 minuto de lectura

La inversión extranjera directa (IED) hacia los países en desarrollo registró en 2023 su nivel más bajo desde 2005, con un total de 435.000 millones de dólares, según el último informe del Banco Mundial. Esta caída refleja un entorno global marcado por crecientes barreras comerciales, riesgos geopolíticos y una ola proteccionista que está debilitando el sistema económico internacional y afectando gravemente los flujos de capital productivo.

Además, la inversión extranjera hacia las economías avanzadas también se desplomó, alcanzando su cifra más baja desde 1996, con 336.000 millones de dólares. La combinación de incertidumbre política, desaceleración en la firma de acuerdos comerciales y aumento de la deuda pública ha generado un clima adverso para la atracción de inversiones transfronterizas.

Entre 2010 y 2024, solo se firmaron 380 nuevos tratados de inversión, un tercio menos que en la década de los noventa. Asimismo, los nuevos acuerdos comerciales anuales se redujeron de 11 a 6 en promedio, lo que evidencia una ralentización significativa en la integración económica global.

El Banco Mundial enfatiza que la IED es un motor clave para el crecimiento económico y la mejora del nivel de vida en los países emergentes. Un aumento del 10% en la IED puede elevar el PIB real hasta un 0,3% en tres años, especialmente en economías con mayor apertura comercial, instituciones sólidas y desarrollo del capital humano. Sin embargo, la inversión actual se ha concentrado más en el sector servicios y en las economías más grandes, lo que limita su impacto distributivo.

Ayhan Kose, economista jefe adjunto del Banco Mundial, advirtió que revertir esta tendencia es crucial para garantizar la creación de empleo, el crecimiento sostenible y el cumplimiento de metas de desarrollo. Para ello, recomendó que los países en desarrollo reduzcan las barreras comerciales, mejoren el clima de inversión interno, fortalezcan la integración económica y promuevan una cooperación global más decidida.

En un momento en que el proteccionismo y la incertidumbre geopolítica amenazan la estabilidad económica global, recuperar la confianza y el flujo de inversión extranjera directa será fundamental para que las economías emergentes puedan consolidar su desarrollo y mejorar el bienestar de sus poblaciones.

NOTICIAS RELACIONADAS

No te pierdas