El sector automotriz mexicano pierde impulso

El reto para México será mantener su posición como uno de los principales exportadores de vehículos en un entorno global cada vez más proteccionista y competitivo
13/06/2025
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La industria automotriz mexicana, uno de los pilares de la economía nacional y tradicionalmente una de sus joyas exportadoras, atraviesa su mayor tropiezo en los últimos cinco años. Entre enero y mayo de 2025, las exportaciones de vehículos al extranjero cayeron un 6,3% en comparación con el mismo periodo de 2024, al pasar de 1,4 millones a 1,2 millones de unidades enviadas al exterior. Esta caída se produce en el contexto de la guerra comercial impulsada por la administración del presidente estadounidense Donald Trump, que ha impuesto nuevos aranceles a los vehículos y autopartes mexicanas.

El impacto de los aranceles

El llamado “muro arancelario” estadounidense ha golpeado de lleno a un sector que depende en un 80% del mercado norteamericano para colocar su producción. Solo en mayo, las exportaciones de autos desde México descendieron un 2,8% respecto al mismo mes del año anterior, mientras que la producción de vehículos ligeros cayó un 2% interanual, situándose en 358,209 unidades. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) confirman que la tendencia negativa se ha acentuado en los últimos meses, con dos caídas consecutivas en la producción y exportación de vehículos.

El efecto de los aranceles no solo se limita a la reducción en el volumen exportado. Según estimaciones de la Agencia Nacional de Proveedores del Sector Automotriz (Anapsa), el impacto económico para la industria podría superar los 28,400 millones de dólares en 2025, considerando los sobrecostos que enfrentan las empresas que no cumplen con las reglas de origen del T-MEC y deben pagar aranceles de hasta el 30%. Este sobrecosto se traduce en un incremento de hasta 3,000 dólares por vehículo exportado, afectando la competitividad de los autos mexicanos en el mercado estadounidense.

Reacciones y consecuencias

La reacción en el sector ha sido inmediata. Armadoras como General Motors, Ford y Stellantis han visto caer el valor de sus acciones en los mercados bursátiles, reflejando la preocupación de los inversionistas por el futuro de la industria mexicana. Mientras tanto, empresas con mayor integración regional, como Toyota y Honda, han logrado sortear mejor el impacto, mostrando incluso crecimiento en producción y exportación.

El golpe no solo afecta a las grandes armadoras, sino también a toda la cadena de valor: proveedores de autopartes, insumos y servicios logísticos. El 20% de los componentes automotrices exportados desde México no cumplen con el T-MEC y enfrentan aranceles elevados, lo que reduce los márgenes y limita la capacidad de reinversión y generación de empleo en el país.

Perspectivas y desafíos

La industria automotriz representa aproximadamente el 4% del PIB nacional y más del 20% del PIB manufacturero, además de emplear directamente a más de un millón de personas en México. La actual desaceleración pone en riesgo no solo la balanza comercial, sino también la estabilidad laboral y la inversión en el sector.

Expertos advierten que, a menos que se logre una solución diplomática o una mayor integración regional que permita a más empresas cumplir con las reglas del T-MEC, la tendencia negativa podría profundizarse en los próximos meses..

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