Mark Carney ganó las elecciones federales canadienses de abril de 2025 tras la renuncia de Justin Trudeau, en un contexto marcado por el regreso de Donald Trump a la presidencia de EE. UU. La campaña de Carney se centró en responder con firmeza a las amenazas de Trump, especialmente los nuevos aranceles y sus declaraciones sobre una posible anexión de Canadá como el “estado 51”.
Esta postura le permitió revertir la desventaja de los liberales frente a los conservadores y consolidar su liderazgo, presentándose como el candidato más capacitado para defender la soberanía y la economía canadiense.
Carney, tecnócrata sin experiencia parlamentaria, asumió el cargo y convocó elecciones anticipadas para obtener legitimidad y un mandato propio. Su victoria fue impulsada por el temor a la política agresiva de EE. UU. y por el crecimiento de un nacionalismo canadiense inédito, que se tradujo en boicots a productos estadounidenses y una fuerte defensa de la identidad nacional.
El Partido Liberal logró así un cuarto mandato consecutivo, aunque sin una mayoría absoluta clara, y los conservadores de Pierre Poilievre, que hasta hace poco lideraba las encuestas, quedaron en segundo lugar.
En materia comercial, la relación bilateral atraviesa una “guerra arancelaria” con gravámenes del 25% sobre sectores clave, lo que genera incertidumbre sobre el futuro del acuerdo USMCA, que será revisado en 2026.
Carney ha respondido manteniendo aranceles de represalia y buscando diversificar los socios comerciales de Canadá, reforzando lazos con Europa y Asia. Además, ha prometido eliminar barreras internas y aumentar la inversión en infraestructura para fortalecer la economía frente a la volatilidad internacional.
En política exterior y seguridad, Carney apuesta por modernizar las Fuerzas Armadas, invertir en tecnología y fortalecer alianzas, especialmente ante el auge de regímenes autoritarios y la inestabilidad global. Su liderazgo marca una etapa de mayor autonomía y ambición internacional, con el objetivo de posicionar a Canadá como potencia en energía, minerales críticos e inteligencia artificial.
En resumen, Canadá inicia una nueva etapa bajo Carney, enfrentando el desafío de defender su soberanía y adaptarse a un entorno internacional más incierto, con una política exterior más activa y una economía en proceso de ajuste ante la presión estadounidense,